Diego Fernández de Cevallos ofreció una conferencia a los medios de comunicación al llegar a su casa en Lomas de Chapultepec, después de siete meses de permanecer secuestrado.
Aquí algunas de las frases del “Jefe” Diego:
“Como hombre de fe ya perdoné a los secuestradores. Como ciudadano, creo que las autoridades tienen una tarea pendiente, pero sin abusos, sin atropellos.”
“Sólo tengo motivos para bendecir a Dios y a la Virgen.”
“Quiero aprovechar a los medios y periodistas su actitud verdaderamente profesional y humana. Privilegiaron la vida de una persona, esto para mí representa todo.”
“Tengo una actitud perfecamente definida: vivir para adelante, sin miedos, sin cobardía, sin arrogancia, pero con definición.”
Además, el exsenador prometió a los medios dar un comunicado de prensa en el que contará con detalle todo lo sucedido.
Hoy, en un corte informativo en Primero Noticias, Joaquín López-Dóriga confirmó a las 9 de la mañana la liberación de Diego Fernández de Cevallos tras siete meses de cautiverio.
“Está bien de salud, débil, pero fuerte. Ha regresado a su casa… Éste es el secuestro más largo que haya habido en México, muy superior a los caso de Harp, Joaquín Vargas”, dijo López Dóriga.
El periodista también confirmó, en entrevista en Foro TV, que habló personalmente con Diego Fernández de Cevallos.
La noticia se da a conocer luego de que el viernes José Cárdenas señalara que recibió un comunicado de los secuestradores en el que se advertía que “Diego de Fernández en breve será liberado”.
Por su parte, el periodista Carlos Marín, director editorial de Milenio, dijo que el pago del rescate se realizó hace 10 días en un lugar del Estado de México, cercano al DF, y que no fue de 20 millones de dólares como se dio a conocer recientemente, y enfatizó que conoce el monto del rescate, pero por respeto al mismo Diego no lo dará a conocer.
Además, Marín dijo que Fernández de Cevallos fue secuestrado por un grupo extinguido del Ejército Popular Revolucionario (EPR), y no por la agrupación guerrillera en sí, quienes días después de que sucedió el plagio se deslindaron del mismo.
El militante del Partido Acción Nación (PAN) fue plagiado el viernes 14 de mayo en su finca “La Cabaña”, ubicada en el municipio San Pedro Escobedo, Querétaro.
Hay que recordar que el 27 de noviembre se hablaba de la liberación de Fernández de Cevallos, pero dicha versión fue desmentida por autoridades mexicanas.
De confirmaciones y reacciones
María y Beatriz Fernández de Cevallos confirmaron la liberación de su hermano; dijeron desconocer su paradero y pidieron esperar a hablar con él para poder dar más información.
“Estamos felices, qué no nos ves, ya nomás estamos esperando que nos llame, estamos muy contentas”, comentó María Fernández de Cevallos. También señaló que luego de que se diera a conocer la noticia, uno de los hijos de Diego se comunicó con ellas y les dijo que el político panista les llamaría por teléfono.
Por su parte, el abogado panista Fauzi Hamdan, quien participó en las negociaciones para lograr el rescate de Fernández de Cevallos, también confirmó que se encuentra libre.
En entrevista con Sergio Sarmiento, Fauzi Hamdan indicó que su correligionario fue liberado en las últimas horas, y aún cuando no ha hablado con él, sabe que se encuentra bien de salud, aunque débil por lo prolongado del cautiverio.
José Cárdenas (@JoseCardenas1) confirma en #Twitter que acaba de hablar personalmente con Diego Fernádez de Cevallos; está libre, señala.
@Javier_Corral: “Excelente noticia la liberacion de Diego Fernandez, deseo que se recupere muy pronto y tengamos #jefediego para rato”.
Asimismo, a través de Milenio TV, el exprocurador Antonio Lozano Gracia, confirmó la libertad de el “Jefe Diego”.
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lunes, 20 de diciembre de 2010
Ya perdoné a los secuestradores: “Jefe” Diego
lunes, 6 de diciembre de 2010
ABC, ejemplar ciudadanía
La historia de David contra Goliat no es, para el que esto garabatea, una simple referencia literaria. Tampoco es muletilla desgastada, que a veces usamos para describir situaciones en donde la abismal asimetría de los contrincantes esconde moralejas incumplibles en la práctica. La he vivido de cerca, como testigo privilegiado de un combate desigual que, a pesar de todos los obstáculos, se resolverá (estoy seguro) a favor de la Justicia.
Hace más de un año y medio: el 5 de junio de 2009 para ser exacto, a eso de las dos cuarenta y cinco de la tarde, la conciencia moral del país sufrió una espantosa sacudida. A esa hora, en la ciudad de Hermosillo empezó a incendiarse un galerón subrogado del IMSS, mal ‘habilitado’ como guardería que se llamaba ABC, en donde cientos de niños dormían la siesta a la espera de que llegaran sus padres por ellos, para regresar a sus casas.
El atroz desenlace ya lo conoce el mundo entero. Veinticinco niñas y veinticuatro niños, cuya edad promedio era de tres años, fallecieron a consecuencia de un siniestro que pudo evitarse. Decenas de sus compañeritos sufrieron lesiones que los afectarán permanentemente: a ellas, ellos, y a sus familias.
La reacción de los tres niveles de gobierno en México fue previsible. Había que controlar los daños: ver la forma de que los principales responsables -morales y políticos- pudiesen escurrir el bulto y seguir con su vida profesional como si nada. Había que asegurarse que un suceso doloroso y sin precedentes -que en otros países hubiera detonado una profunda reflexión nacional, ceses fulminantes y políticas públicas orientadas hacia una efectiva rendición de cuentas y la no repetición de tragedias como ésta- no exhibiera los resortes de corrupción e impunidad que gobierna el esquema privatizador del cuidado de niños de trabajadores bajo estrictos criterios comerciales. Como si la asignación directa a compadres, amigos y parientes fuera un hecho normal, casi una franquicia diseñada para maximizar ganancias y descuidar la seguridad de las niñas y niños bajo su cargo.
Algo fundamental se quebró ese día y no volverá a repararse. Desde entonces el cinismo e irresponsabilidad de la clase política y empresarial -directamente involucradas- no conoce límite. Algunas estampas, por todos conocidas: el entonces gobernador de Sonora, Eduardo Bours, confesando ante la prensa que dormía como un bebé; los dueños de la guardería declarando que ellos eran las verdaderas víctimas; las visitas de jerarcas de la Iglesia y burócratas a las casas de los padres enlutados, con ofrecimientos en dinero o especie, e insinuaciones de que las víctimas descansan en paz, pero están enojadas porque sus papás y mamás ‘participan en movimientos sociales’; el presidente Calderón interrumpiendo inopinadamente a Patricia Duarte, una de las madres agraviadas, cuando ella preguntaba qué constituía la justicia para él (pregunta que por cierto sigue sin respuesta); la lamentable actuación de la Suprema Corte de Justicia, ‘sitiada por el Poder Ejecutivo’ (en palabras de un protagonista de primer orden), durante la discusión y rechazo del demoledor Dictamen presentado por el Ministro Arturo Zaldívar en junio pasado.
El catálogo de ofensas, engaños y omisiones forma ya parte de una antología nacional del oprobio. Pudo haber calado en el ánimo de los papás y mamás directamente afectados, pero la historia es muy distinta. Algunos y algunas se sobrepusieron al vacío irreparable y conformaron el Movimiento por la Justicia Cinco de Junio (www.movimiento5dejunio.org), agrupación sin fines de lucro que busca reivindicar su causa para que en México no suceda otra pérdida como la que ellos sufren en carne propia.
Algún día tendrá que contarse la saga de esta Asociación, y del inquebrantable amor, compromiso y valor civil de sus integrantes. Diego Enrique Osorno ya dibujó un esbozo magistral: el libro Nosotros somos los Culpables, editado por Grijalbo. Sin embargo, desde su publicación han transcurrido muchas otras cosas y capítulos adicionales que merecen relatarse.
Lo único cierto es que seguirá transcurriendo esta lucha desigual, con logros importantes como el apoyo de todas las fracciones parlamentarias en el Senado para discutir un proyecto de Ley General de Estancias Infantiles elaborada por expertos. También hay retrocesos, como en el caso de Marcia Matilde Altagracia Gómez del Campo Tonella, socia fundadora y propietaria de la Guardería ABC (y no por casualidad, prima de la esposa del presidente Calderón, Margarita Zavala). Ella fue absuelta, la semana pasada, de uno de los cargos que se le imputan.
Es evidente que la Justicia tardará en llegar…un poco más de lo previsto. Funcionarios que debieron haber renunciado, como Juan Molinar y Daniel Karam (ex-director y actual director del Seguro Social), o el todavía Procurador estatal Abel Murrieta (desacreditado durante la administración príista que perdíó las elecciones locales en 2009, pero ratificado a pesar de las promesas en contrario de Guillermo Padrés, gobernador panista de Sonora) siguen desempeñando labores, con múltiples tropiezos y la pérdida de credibilidad que entraña seguirlos conservando en la administración pública.
Hay otros capítulos por escribir. La tercera edición del Juicio Ciudadano que se va a celebrar pronto en la Ciudad de México: ejercicio cívico en donde ya participó masivamente la sociedad hermosillense. El primero, para someter a juicio moral a los dueños de la Guardería ABC; el segundo, para señalar a las autoridades municipales y estatales. El turno en esta última versión será del Gobierno Federal. Se espera la participación de numerosos personajes de la academia, especialistas y público en general el año entrante.
También va muy avanzado el proyecto de Museo Memorial ABC en el lugar de los hechos, siguiendo el ejemplo de naciones que han podido enfrentar con éxito situaciones extremas que no pueden, bajo ningún motivo, volver a ocurrir. Lugares creados para preservar la memoria: desde la investigación exhaustiva, el arte y el recuerdo, de sucesos como el que sigue convocando a una sociedad civil cada vez más exigente, participativa y solidaria.
La batalla de los padres y madres de la Guardería ABC, es de todas y todos. Dotar de sentido esa tragedia no ha sido fácil, pero gracias a su denodado esfuerzo México encontrará un mucho mejor futuro para la infancia. David prevaleció, contra todos los pronósticos. Venció a Goliat con contundencia. Así sucederá entre nosotros, pronto.
Hace más de un año y medio: el 5 de junio de 2009 para ser exacto, a eso de las dos cuarenta y cinco de la tarde, la conciencia moral del país sufrió una espantosa sacudida. A esa hora, en la ciudad de Hermosillo empezó a incendiarse un galerón subrogado del IMSS, mal ‘habilitado’ como guardería que se llamaba ABC, en donde cientos de niños dormían la siesta a la espera de que llegaran sus padres por ellos, para regresar a sus casas.
El atroz desenlace ya lo conoce el mundo entero. Veinticinco niñas y veinticuatro niños, cuya edad promedio era de tres años, fallecieron a consecuencia de un siniestro que pudo evitarse. Decenas de sus compañeritos sufrieron lesiones que los afectarán permanentemente: a ellas, ellos, y a sus familias.
La reacción de los tres niveles de gobierno en México fue previsible. Había que controlar los daños: ver la forma de que los principales responsables -morales y políticos- pudiesen escurrir el bulto y seguir con su vida profesional como si nada. Había que asegurarse que un suceso doloroso y sin precedentes -que en otros países hubiera detonado una profunda reflexión nacional, ceses fulminantes y políticas públicas orientadas hacia una efectiva rendición de cuentas y la no repetición de tragedias como ésta- no exhibiera los resortes de corrupción e impunidad que gobierna el esquema privatizador del cuidado de niños de trabajadores bajo estrictos criterios comerciales. Como si la asignación directa a compadres, amigos y parientes fuera un hecho normal, casi una franquicia diseñada para maximizar ganancias y descuidar la seguridad de las niñas y niños bajo su cargo.
Algo fundamental se quebró ese día y no volverá a repararse. Desde entonces el cinismo e irresponsabilidad de la clase política y empresarial -directamente involucradas- no conoce límite. Algunas estampas, por todos conocidas: el entonces gobernador de Sonora, Eduardo Bours, confesando ante la prensa que dormía como un bebé; los dueños de la guardería declarando que ellos eran las verdaderas víctimas; las visitas de jerarcas de la Iglesia y burócratas a las casas de los padres enlutados, con ofrecimientos en dinero o especie, e insinuaciones de que las víctimas descansan en paz, pero están enojadas porque sus papás y mamás ‘participan en movimientos sociales’; el presidente Calderón interrumpiendo inopinadamente a Patricia Duarte, una de las madres agraviadas, cuando ella preguntaba qué constituía la justicia para él (pregunta que por cierto sigue sin respuesta); la lamentable actuación de la Suprema Corte de Justicia, ‘sitiada por el Poder Ejecutivo’ (en palabras de un protagonista de primer orden), durante la discusión y rechazo del demoledor Dictamen presentado por el Ministro Arturo Zaldívar en junio pasado.

Algún día tendrá que contarse la saga de esta Asociación, y del inquebrantable amor, compromiso y valor civil de sus integrantes. Diego Enrique Osorno ya dibujó un esbozo magistral: el libro Nosotros somos los Culpables, editado por Grijalbo. Sin embargo, desde su publicación han transcurrido muchas otras cosas y capítulos adicionales que merecen relatarse.
Lo único cierto es que seguirá transcurriendo esta lucha desigual, con logros importantes como el apoyo de todas las fracciones parlamentarias en el Senado para discutir un proyecto de Ley General de Estancias Infantiles elaborada por expertos. También hay retrocesos, como en el caso de Marcia Matilde Altagracia Gómez del Campo Tonella, socia fundadora y propietaria de la Guardería ABC (y no por casualidad, prima de la esposa del presidente Calderón, Margarita Zavala). Ella fue absuelta, la semana pasada, de uno de los cargos que se le imputan.
Es evidente que la Justicia tardará en llegar…un poco más de lo previsto. Funcionarios que debieron haber renunciado, como Juan Molinar y Daniel Karam (ex-director y actual director del Seguro Social), o el todavía Procurador estatal Abel Murrieta (desacreditado durante la administración príista que perdíó las elecciones locales en 2009, pero ratificado a pesar de las promesas en contrario de Guillermo Padrés, gobernador panista de Sonora) siguen desempeñando labores, con múltiples tropiezos y la pérdida de credibilidad que entraña seguirlos conservando en la administración pública.
Hay otros capítulos por escribir. La tercera edición del Juicio Ciudadano que se va a celebrar pronto en la Ciudad de México: ejercicio cívico en donde ya participó masivamente la sociedad hermosillense. El primero, para someter a juicio moral a los dueños de la Guardería ABC; el segundo, para señalar a las autoridades municipales y estatales. El turno en esta última versión será del Gobierno Federal. Se espera la participación de numerosos personajes de la academia, especialistas y público en general el año entrante.
También va muy avanzado el proyecto de Museo Memorial ABC en el lugar de los hechos, siguiendo el ejemplo de naciones que han podido enfrentar con éxito situaciones extremas que no pueden, bajo ningún motivo, volver a ocurrir. Lugares creados para preservar la memoria: desde la investigación exhaustiva, el arte y el recuerdo, de sucesos como el que sigue convocando a una sociedad civil cada vez más exigente, participativa y solidaria.
La batalla de los padres y madres de la Guardería ABC, es de todas y todos. Dotar de sentido esa tragedia no ha sido fácil, pero gracias a su denodado esfuerzo México encontrará un mucho mejor futuro para la infancia. David prevaleció, contra todos los pronósticos. Venció a Goliat con contundencia. Así sucederá entre nosotros, pronto.
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lunes, 22 de noviembre de 2010

Joaquín “El Chapo” Guzmán, el capo más poderoso en México, cumplirá diez años de haberse fugado del Penal Federal de Alta
El 19 de enero del año 2011, Joaquín “El Chapo” Guzmán, el capo más poderoso en México, cumplirá diez años de haberse fugado del Penal Federal de Alta Seguridad de Puente Grande. A lo largo de esa década, el líder del Cártel del Pacífico no sólo burló a las autoridades hasta conseguir colocarse en la lista de los hombres más ricos del mundo publicada por la revista Forbes, sino que también se convirtió en el mayor dolor de cabeza del gobierno de Felipe Calderón al estar involucrado en el 83.88% de los 22 mil 701 asesinados vinculados al crimen organizado en los municipios considerados oficialmente como los más violentos.
De acuerdo con el “Informe sobre el Fenómeno Delictivo en México”, elaborado por el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) y obtenido mediante la Ley Federal de Transparencia, los grupos de sicarios y las células manejadas por este capo nacido en Badiraguato, Sinaloa, desencadenaron estos niveles de violencia al enfrentarse al Cártel de Juárez –fundado por el legendario Amado Carrillo Fuentes-, así como al Cártel del Golfo-Zetas –manejado por el mítico Osiel Cárdenas-, al Cártel de sus exsocios, los hermanos Beltrán Leyva y al Cártel de los hermanos Arellano Félix ya sea por defender sus territorios o por arrebatar nuevas plazas para el trasiego de drogas hacia Estados Unidos.
Las ejecuciones y asesinatos registrados entre el 1 de diciembre del 2006 y el 31 de julio del año 2010, llegaron a 28 mil, según el Cisen. De estos, el 80% -22 mil 701- se contabilizaron en 162 municipios y el restante 20%, en otros sitios de los cuales no hay registro preciso en el documento de 54 páginas.
El pasado 3 de agosto del año 2010, el director del Cisen, Guillermo Valdés, presentó este “Informe sobre el Fenómeno Delictivo en México”, durante uno de los “Diálogos por la Seguridad” organizados por la Presidencia en el Casino Militar del Campo Marte. Los datos se explicaron pero no se entregaron copias del documento a los medios de comunicación ni a los académicos, investigadores y columnistas invitados.
Ante este vacío, presentó una solicitud de acceso a la información. En octubre pasado, el Cisen entregó el documento y, al mismo tiempo, lo colocó en el portal de internet de la Secretaría de Gobernación.
Al explicar el documento en los “Diálogos por la Seguridad”, Guillermo Valdés dijo que era erróneo afirmar que “todo México estaba sumergido en una situación de violencia” y atribuyó el aumento de ejecuciones a las disputas por el control de rutas y mercados de consumo entre los grupos delictivos.
Este argumento ha sido repetido constantemente por el gabinete de seguridad y por el Presidente Calderón, pero la velocidad a la que se leyó el documento y la distancia de los monitores instalados en el Casino del Campo Marte no permitió conocer entonces los detalles sobre el papel de “El Chapo” Guzmán desde que se fugó de prisión y durante la guerra contra la delincuencia organizada. Ahora, mediante este documento, pudo conocerse que el líder del Cártel del Pacífico está oficialmente relacionado con 19 mil 043 asesinatos.
El enfrentamiento más cruento ha sido entre el Cártel del Pacífico contra el Cártel de Juárez por antiguas rivalidades, traiciones familiares y por el control de Ciudad Juárez, el puerto estratégico de salida de droga hacia Estados Unidos.
Los campos de batalla han estado en Chihuahua, Durango y Culiacán, Sinaloa, según el informe del Cisen. En esos estados, el choque entre ambas organizaciones ha dejado un saldo de 8 mil 236 muertos, la cifra más alta entre todas las disputas con otros cárteles.
En segundo sitio, el Cisen colocó al enfrentamiento entre el Cártel del Pacífico con el cártel de sus exsocios, los hermanos Beltrán Leyva, con alrededor de 5 mil 864 muertos.
Esta pugna se acrecentó en 2008, tras el encarcelamiento de Alfredo Beltrán Leyva. Este sorpresivo operativo policiaco provocó la pérdida de confianza entre “El Chapo” y el resto de los hermanos Beltrán Leyva desencadenándose con ello una espiral de violencia en Sinaloa, Nayarit, Sonora, Durango, partes de Jalisco y Guerrero.
El otro frente de batalla fue entre el Cártel del Pacífico y el Cártel del Golfo-Zetas con 3 mil 199 muertos. Según el informe del Cisen, ambos grupos, los más grandes de México, se disputan territorios desde antes que iniciara el gobierno de Felipe Calderón.
“Luchan por Durango, Coahuila y Sinaloa (donde cruzan las rutas por el trasiego hacia el norte) al igual que Guerrero, Tabasco, Quintana Roo y el sur de Chiapas (lugares por donde ingresa la droga de Sudamérica)”, se consignó en el informe del Cisen.
En el siguiente escalafón está el enfrentamiento del Cártel del Pacífico con el Cártel de Tijuana con mil 798 asesinatos y ejecuciones generadas por una división dentro del cártel que comandaran los hermanos Arellano Félix.
Tras la detención de Benjamín Arellano, en marzo del año 2002, el cártel se partió en dos: Un grupo se alió con “El Chapo” Guzmán y otro se mantuvo leal a los hermanos Arellano Félix.
El gobierno de Felipe Calderón ha golpeado a la organización de “El Chapo” con la detención de 19 mil 714 de sus allegados y cómplices, aun así, el jefe del Cártel del Pacífico continúa en libertad
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viernes, 12 de noviembre de 2010
En Cumbre de Cancún, no habrá ‘touch down’ pero si un ‘first down’: FCH
n Yokohama, Japón, sede del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacifico, el presidente Calderón retomó el tema del cambio climático ante empresarios de compañías globales participantes en esta cumbre.
Durante un encuentro previo al inicio de los trabajos, el mandatario mexicano reiteró que durante la Cumbre Mundial del Medio Ambiente a celebrarse próximamente en nuestro país, se alcanzarán importantes acuerdos.
Utilizó términos de futbol americano, para aclarar que si bien no se logrará la firma de un tratado, al menos se sentaran las bases de una cooperación más comprometida contra el calentamiento global.
En voz de una traductora, Calderón dijo que tal vez no habrá ‘touch down’, pero si un primero y diez:
“Podríamos quizá, sacar resultados sin precedentes hasta hora. Voy a poner un ejemplo de futbol americano, no podemos hacer ‘touch down’, pero podemos ganar ‘first down’”
El presidente de México, junto con otros mandatarios que han causado gran expectación desde su arribo a Japón como el estadunidense Barack Obama, y el de la República Popular China, Hu Jintao, participará en reuniones privadas en las que se abordara el tema del crecimiento sostenido y la prosperidad de la región Asia-Pacifico.
El primer Ministro japonés Naoto Kan, ofrecerá una cena en honor de los líderes invitados a la edición número 18 de dicho foro económico, conocido por sus siglas en ingles como APEC.
Durante un encuentro previo al inicio de los trabajos, el mandatario mexicano reiteró que durante la Cumbre Mundial del Medio Ambiente a celebrarse próximamente en nuestro país, se alcanzarán importantes acuerdos.
Utilizó términos de futbol americano, para aclarar que si bien no se logrará la firma de un tratado, al menos se sentaran las bases de una cooperación más comprometida contra el calentamiento global.
En voz de una traductora, Calderón dijo que tal vez no habrá ‘touch down’, pero si un primero y diez:
“Podríamos quizá, sacar resultados sin precedentes hasta hora. Voy a poner un ejemplo de futbol americano, no podemos hacer ‘touch down’, pero podemos ganar ‘first down’”
El presidente de México, junto con otros mandatarios que han causado gran expectación desde su arribo a Japón como el estadunidense Barack Obama, y el de la República Popular China, Hu Jintao, participará en reuniones privadas en las que se abordara el tema del crecimiento sostenido y la prosperidad de la región Asia-Pacifico.
El primer Ministro japonés Naoto Kan, ofrecerá una cena en honor de los líderes invitados a la edición número 18 de dicho foro económico, conocido por sus siglas en ingles como APEC.
viernes, 29 de octubre de 2010
Está comenzando otro tiempo político en Argentina
Ha concluido el funeral de Néstor Kirchner, está comenzando otro momento, otro tiempo político en Argentina. Un tiempo político que le seguirá correspondiendo al kirchnerismo pero que tendrá como protagonista central desde ahora a Cristina Fernández.
Lo que fue hasta hace pocos días un poder bicéfalo dejará de serlo. Y Cristina tendrá la obligación y la necesidad de asumir dos papeles simultáneos, que no vino cumpliendo estos años. Sí cumplió la de gestora y ejecutora administrativa del Gobierno, pero no cumplía -porque esa función la cumplía Néstor Kirchner- la de ingeniera de ese poder imprescindible que debe apuntalar las decisiones de un gobierno. La pregunta que se instala, inevitablemente, es si Cristina estará en condiciones de hacer todo lo que su marido hacía desde un segundo plano formal: ordenar al peronismo, contener a los sindicatos, manejar aspectos de la economía y de la política exterior. Una pregunta que, por supuesto, no tiene respuesta y que podrá develarse a medida de que Cristina comience a andar otra vez.
El otro gran interrogante tiene que ver con el peronismo, que ha quedado sin su jefe y que históricamente funciona con cierto orden y regularidad cuando tiene una mano firme, un caudillo. No hay un reemplazante a la vista. Tampoco se sabe bien si lo será Cristina. Al menos en lo inmediato, el peronismo ha resuelto cobijarse en la figura de la Presidenta hasta tanto se disipen todos estos enigmas que van rodeando un nuevo tiempo.
Y hablar del peronismo es también hablar del sindicalismo. Y hablar del sindicalismo es hablar de Hugo Moyano, seguramente uno de los hombres con más poder y dinero en Argentina, que apuntaló hasta su muerte la alianza con Néstor Kirchner. ¿Seguirá esa alianza intocable a partir de que gobierne Cristina? ¿Podrá seguir, además, con un peronismo que hace rato está observando con preocupación ese crecimiento de Moyano? Son algunos interrogantes de este tiempo que se inaugura, que constituye un enorme desafío para Cristina.

El otro gran interrogante tiene que ver con el peronismo, que ha quedado sin su jefe y que históricamente funciona con cierto orden y regularidad cuando tiene una mano firme, un caudillo. No hay un reemplazante a la vista. Tampoco se sabe bien si lo será Cristina. Al menos en lo inmediato, el peronismo ha resuelto cobijarse en la figura de la Presidenta hasta tanto se disipen todos estos enigmas que van rodeando un nuevo tiempo.
Y hablar del peronismo es también hablar del sindicalismo. Y hablar del sindicalismo es hablar de Hugo Moyano, seguramente uno de los hombres con más poder y dinero en Argentina, que apuntaló hasta su muerte la alianza con Néstor Kirchner. ¿Seguirá esa alianza intocable a partir de que gobierne Cristina? ¿Podrá seguir, además, con un peronismo que hace rato está observando con preocupación ese crecimiento de Moyano? Son algunos interrogantes de este tiempo que se inaugura, que constituye un enorme desafío para Cristina.
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jueves, 21 de octubre de 2010
¿USTED TAMBIÉN ESCRIBE?

Analfabetismo incipiente
Según parece, en los Estados Unidos el número de personas que han escrito una novela es monstruoso. Muchas veces mayor, por supuesto, al número de personas que han publicado una novela. En nuestro medio, inclusive, a pesar del elevado número de analfabetismo que tenemos, el número de personas que creen que podrían escribir una novela con las experiencias que han tenido en su vida, es tremendo. Un soneto es algo mucho más difícil porque hay que aprender a rimar y a contar sílabas. Pero una novela. ¡en prosa! es la cosa más fácil del mundo. Basta con sentarse frente a una hoja de papel y contar todo lo que nos ha pasado en nuestra vida, que es tan interesante. Lo malo es que no tiene uno tiempo, porque hay que trabajar para sostener a la familia, llevar a los niños a la escuela, ir a fiestas, lambisconear al jefe, etcétera. En realidad, escribir novelas es un trabajo de ociosos. Pero eso no quita que la mayoría de la gente tenga un talento novelístico innato, o mejor dicho, literario. La prueba está en las composiciones que hacíamos en la escuela y las dedicatorias que poníamos el día de las madres. Eran geniales.
Esta situación, la de vivir en un medio de novelistas potenciales, no frustrados, porque nunca han intentado ejercitar sus talentos, ni fracasado en el intento, hace que personas como yo, que no hacemos más que lo que todos podrían hacer, seamos considerados como una raza parasitaria, superflua y, francamente, de muy poco talento, porque nos cuesta un trabajo horrible hacer lo que todos harían en sus ratos de ocio.
Por otra parte, esto de usar para expresarse un medio que todos conocen a la perfección desde primero de primaria, hace que los escritores tengamos una cantidad de críticos exáctamente igual al nímero de personas que saben leer y escribir. El de lectores, en cambio, es mucho más reducido, porque la mayoría de los críticos son apriorísticos.
-¡Novelas, las mías!- dicen, y no compran las nuestras. Criticar a un pintor o a un músico es más difícil. Al primero porque sus cuadros no los ven más que los culteranos que van a las exposiciones, y porque, además, ése sabe mezclar los colores, que requiere cierta ciencia; al segundo, porque nadie sabe leer música. Esos son desechados por locos que, en nuestro medio, es lo mismo a ser desechado por genio. Pero nosotros, los escritores, estamos en la línea de fuego.
-Oye, ¿cómo no me habías dicho que eras escritor?- me preguntó una mujer con quien he tenido la desgracia de trabajar varias veces en proyectos- A ver qué día me regalas uno de tus libros.
Ha de creer que uno tiene que andar anunciándose, y que los libros los escribe uno para regalarlos. Yo nunca le pregunté si era casada, y si me enteré de que tenía una tortillería automática, fué por boca de terceros. Además, nunca se me hubiera ocurrido pedirle una tortilla.
-Oiga, patrón, ¿cuándo escribe algo de veras bueno?- me preguntó un mimeografista a quien cometí la torpeza de regalarle un libro- Digo, porque ése es de relajo.
Pasa uno muchas vergüenzas.
-Tus textos me parecen superficiales- me dijo una culta, y por supuesto, mal educada- pero mi yerno dice que tienen mucho porvenir, y él es argentino. Fué un consuelo.
Pero veamos cómo se comportan las demás profesiones. Un ingeniero se pone Ing. antes del nombre, y cuando su mujer llega a la casa, le pregunta a la criada: ¿ya llegó el ingeniero?.
Ninguna esposa de escritor le ha preguntado nunca a ninguna criada si ya llegó el escritor. Entre otras cosas, porque lo más probable es que no tenga criada, y porque sabe que su marido no ha salido; está en su cuarto, frente a la máquina, devanándose los sesos.
Un Lic., un Arq., un Dr., un Ing. antes del nombre, o un CPT después son signo de que alguien se ha pasado años leyendo libros que nadie leería de motu proprio. ¿Pero nosotros? para escribir novelas no se necesita más que leer novelas, que, después de todo, se supone que la gente lee por gusto. Así que además de parásitos superfluos, somos hedonistas.
Pero como para adquirir prestigio no podemos recurrir a la aridez, porque sería contradecir los principios mismo de nuestro arte, podemos acudir a otras profesiones, que además de lo difícil del estudio, tengan otras características que provoquen respeto por parte del público.
Un psicólogo, por ejemplo, es, en sociedad, mucho más aplastante que un ingeniero, aunque sea más difícil calcular un edificio que sentarse media hora a escuchar lo que dice un paciente. Todos le tienen miedo porque creen que les va a descubrir un defectazo. La mecánica de este proceso es que el ignorante no sabe qué signos pondrán en evidencia qué cosa. La magia del psicólogo está en que él descubre lo que nadie ve y llega a conclusiones que nadie entiende. La base del prestigio es la incomprensión.
Esto puede ser la salvación del escritor. Si, por ejemplo, en vez de contar la novela de principio a fín, la cuenta del fín a principio, si repite la misma escena desde tres puntos de vista diferentes, si quita del diálogo los nombres de los interlocutores, si descibre una mesa como si fuera un paisaje, y un paisaje como una mesa, logrará confundir completamente al lector. Es posible que éste nunca termine de leer la novela, pero respetará al que lo escribió.
De ahora en adelante escribiremos así y dejaremos de ser parias.
lunes, 18 de octubre de 2010
No es la tuerca... es el aceite
No puede elogiarse el régimen institucional brasileño sin hacerse cargo de que la 'colaboración' entre partidos depende en buena medida de corrupción. El apunte me parece válido.
No cabe duda que se trata de un sistema fragmentado y caótico. Silva y algunos otros analistas observan —y esto es lo que los seduce particularmente— que la gobernabilidad es posible en semejante dispersión de partidos porque los presidentes negocian la composición de sus gabinetes como lo haría un primer ministro europeo. Es verdad que de esa forma los mandatarios brasileños han podido intercambiar puestos por apoyo legislativo. De esta forma, el Ejecutivo ha logrado pasar una parte importante de sus iniciativas. Lo que pocas veces reparan estos analistas es que la negociación de puestos en el gabinete nunca ha sido suficiente para asegurar la gobernabilidad. La maquinaria que permite asegurarla ha funcionado gracias al aceite de la corrupción y se ha logrado, en gran medida, porque el Ejecutivo facilita y crea condiciones para que sus aliados usen la política como negocio.Habrá que separar, pues, el funcionamiento de las tuercas del aceite de la corrupción. Desde luego, sería absurdo idealizar al sistema brasileño y tomarlo como base para una calca. Pero hay que estudiarlo y entender su mecanismo. Creo que sigue mostrando que, contra las advertencias pasadas, pluripartidismo y presidencialismo pueden conciliarse.
Para ello, los presidentes cuentan con un instrumento legal (a veces también ilegal) para la compra masiva de votos. A través de las llamadas enmiendas parlamentarias, diputados y senadores negocian la liberación de cuantiosos recursos bajo control del Ejecutivo. En la práctica, quienes votan con el gobierno obtienen tajadas mayores. Con esos recursos, que los congresistas pueden asignar a su antojo, hacen clientelismo y aseguran su reelección.
martes, 5 de octubre de 2010
Fábrica de fracaso
Se estrenó hace poco los cines de Estados Unidos el documental “Esperando a Supermán” una denuncia del sistema educativo de ese país. La cinta fue escrita y dirigida por Davis Guggenheim. De los talentos del director hay muchas pruebas. Baste decir que convirtió al mueble de Al Gore en una estrella de Hollywood (con todo y Óscar) y en bienhechor planetario (con todo y Nobel). Como en Una verdad inconveniente, este documental es un discurso político. Se presenta un diagnóstico, se expone a los villanos, se ofrecen soluciones y se invita al compromiso. No es un estudio de la OCDE, pero tampoco es un panfleto de Michael Moore. Una pieza de persuasión que pretende colocar la crisis del sistema educativo en Estados Unidos en el centro de la discusión nacional. Lo ha logrado. Portadas y reportajes en los semanarios más importantes, programas de debate político y de espectáculos dedicados al tema. En ese terreno, la cinta ha tenido ya un efecto muy positivo: rasgar la rutina que encubre las aberraciones como si fueran la normalidad. Se ha suscitado esa conversación pública que tanto hace falta allá, pero que más nos urge acá.
El título alude a la ilusión de un salvador que nos rescate. El documental sugiere que la escuela no nos salvará si no la rescatamos antes. Cuenta la historia de cinco familias que quieren una mejor educación para sus hijos. Buscan acceso a escuelas que, siendo públicas y gratuitas, han logrado escapar de los controles de la burocracia y y las trampas del sindicato. Experimentos de excelencia educativa dentro de un régimen de gratuidad. El problema que inyecta dramatismo a la cinta es que el acceso es limitado y sólo la suerte define quien entra a esos planteles. Su preparación, es decir, su futuro, cuelga de las injusticias del azar. La película oprime el botón de alarma. A pesar de que Estados Unidos sigue siendo la cabeza de la investigación científica y sigue teniendo las mejores universidades del mundo, su educación básica se ha desplomado. Mientras otros países desarrollados avanzan en su sistema educativo, Estados Unidos se rezaga.
¡Cuánta falta nos hacen gritos como ésos en México! A la complicidad del gobierno y el monstruoso sindicato, se une la complacencia de la sociedad civil. Los padres de familia, según revelan las encuestas, están satisfechos con la educación que reciben sus hijos. A pesar de la evidencia de que la escuela no está funcionando, los padres no levantan la voz para exigir mejor educación. Las élites, por su parte, están tranquilas, no por la calidad de la educación de sus hijos, sino por el valor de sus conexiones personales. En una sociedad que no premia el mérito, la escuela es un espacio de relación social, más que una espacio para formar conocimientos, para estimular capacidades, para disparar creatividad. Las escuelas de las élites mexicanas son como los salones de baile de las sociedades aristocráticas.
Los reportes internacionales son contundentes. No hay más que leerlos para darse cuenta del fraude que se comete todos los días en contra de México. Nuestro sistema educativo engaña a diario a millones de niños, a millones de familias en el país que confían en la educación como una plataforma para forjar futuro. Quienes celebran las tasas de alfabetización en el país cierran los ojos. No se percatan de que, en realidad, estamos produciendo analfabetas. Educamos para el analfabetismo. Dejemos la complacencia por los miles de ladrillos de nuestras escuelas, por los millones de niños inscritos en primaria, por los pesos gastados anualmente. Dejemos la hipocresía. Si nuestros niños no son capaces de descifrar un texto, si no logran comprender el sentido de un libro—tal y como nos muestran las pruebas internacionales—eso quiere decir que nuestra escuela es productora de analfabetas. La escuela enseñará el abecé, pero no enseña a leer. Y eso, hablando tan solo del viejo alfabeto. Del nuevo abecedario, el de la cultura tecnológica, mejor ni hablar.
La escuela es una fábrica de fracaso. Sirve a la política, sirve a los gobiernos, sirve a los partidos, sirve a un sindicato. Pero está arruinándole el futuro a México. Nuestro secretario de educación, parsimonioso hasta la indolencia, niega cualquier sentido de urgencia y se empeña en evitar cualquier resolución incisiva. Jamás, ¡ni dios lo quiera! el asomo de una medida radical. No tiene prisa, no cree en la necesidad de impulsar cambios de fondo. Sencillamente, no está dispuesto a dar la batalla por la educación. Sí, batalla: pleito, lucha, combate: enfrentamiento con los poderes que no quieren cambiar. No tiene el compromiso de pelear por la calidad de nuestra educación. Le importa preservar la paz en el sistema educativo y seguir tomando el té con la dama. Si su ambición tuviera un horizonte de causas y no de puestos, otra cosa sería…
El título alude a la ilusión de un salvador que nos rescate. El documental sugiere que la escuela no nos salvará si no la rescatamos antes. Cuenta la historia de cinco familias que quieren una mejor educación para sus hijos. Buscan acceso a escuelas que, siendo públicas y gratuitas, han logrado escapar de los controles de la burocracia y y las trampas del sindicato. Experimentos de excelencia educativa dentro de un régimen de gratuidad. El problema que inyecta dramatismo a la cinta es que el acceso es limitado y sólo la suerte define quien entra a esos planteles. Su preparación, es decir, su futuro, cuelga de las injusticias del azar. La película oprime el botón de alarma. A pesar de que Estados Unidos sigue siendo la cabeza de la investigación científica y sigue teniendo las mejores universidades del mundo, su educación básica se ha desplomado. Mientras otros países desarrollados avanzan en su sistema educativo, Estados Unidos se rezaga.
¡Cuánta falta nos hacen gritos como ésos en México! A la complicidad del gobierno y el monstruoso sindicato, se une la complacencia de la sociedad civil. Los padres de familia, según revelan las encuestas, están satisfechos con la educación que reciben sus hijos. A pesar de la evidencia de que la escuela no está funcionando, los padres no levantan la voz para exigir mejor educación. Las élites, por su parte, están tranquilas, no por la calidad de la educación de sus hijos, sino por el valor de sus conexiones personales. En una sociedad que no premia el mérito, la escuela es un espacio de relación social, más que una espacio para formar conocimientos, para estimular capacidades, para disparar creatividad. Las escuelas de las élites mexicanas son como los salones de baile de las sociedades aristocráticas.
Los reportes internacionales son contundentes. No hay más que leerlos para darse cuenta del fraude que se comete todos los días en contra de México. Nuestro sistema educativo engaña a diario a millones de niños, a millones de familias en el país que confían en la educación como una plataforma para forjar futuro. Quienes celebran las tasas de alfabetización en el país cierran los ojos. No se percatan de que, en realidad, estamos produciendo analfabetas. Educamos para el analfabetismo. Dejemos la complacencia por los miles de ladrillos de nuestras escuelas, por los millones de niños inscritos en primaria, por los pesos gastados anualmente. Dejemos la hipocresía. Si nuestros niños no son capaces de descifrar un texto, si no logran comprender el sentido de un libro—tal y como nos muestran las pruebas internacionales—eso quiere decir que nuestra escuela es productora de analfabetas. La escuela enseñará el abecé, pero no enseña a leer. Y eso, hablando tan solo del viejo alfabeto. Del nuevo abecedario, el de la cultura tecnológica, mejor ni hablar.
La escuela es una fábrica de fracaso. Sirve a la política, sirve a los gobiernos, sirve a los partidos, sirve a un sindicato. Pero está arruinándole el futuro a México. Nuestro secretario de educación, parsimonioso hasta la indolencia, niega cualquier sentido de urgencia y se empeña en evitar cualquier resolución incisiva. Jamás, ¡ni dios lo quiera! el asomo de una medida radical. No tiene prisa, no cree en la necesidad de impulsar cambios de fondo. Sencillamente, no está dispuesto a dar la batalla por la educación. Sí, batalla: pleito, lucha, combate: enfrentamiento con los poderes que no quieren cambiar. No tiene el compromiso de pelear por la calidad de nuestra educación. Le importa preservar la paz en el sistema educativo y seguir tomando el té con la dama. Si su ambición tuviera un horizonte de causas y no de puestos, otra cosa sería…
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martes, 21 de septiembre de 2010
Más allá del pesimismo
Había que poner buena cara. Era el cumpleaños y debíamos festejar. Andar de criticón en estos días es visto como un acto de mal gusto, una deslealtad imperdonable. Amargados y mezquinos, nos llegaron a llamar. Los malnacidos hablando pestes de la familia hasta en las fiestas. Éstos eran tiempos para dejar atrás los reproches, cantar las mañanitas, brindar y soplar las doscientas velas. Los festejadores insinuaban una extraña conexión entre ciudadanía y optimismo: la pertenencia era exaltación y júbilo.; los reparos sospechosos. Pero se equivocan los celebradores al contrastar sus fiestas con la actitud del pesimista. Al optimista no se le opone el pesimista sino el crítico. El pesimismo no está en el lado opuesto del optimismo. En realidad, la estructura mental del pesimista está copiada directamente del talante del optimista. Una copia en negativo, pero copia al fin. Ambas disposiciones intelectuales son hijas de la credulidad. Uno cree que las cosas van bien y caminan con buen rumbo porque así debe ser; el otro está convencido de que las cosas están mal y no harán más que empeorar porque el mundo es así. En ambos impera una confianza idéntica en el futuro: el optimista piensa que todo irá de maravilla, el pesimista está seguro que a todo se lo llevará el diablo. Pero ambos caminan por la calle con el mismo impermeable que impide que se cuele la duda por algún hoyito. Convicciones a salvo de las dudas. Chesterton encontró la afinidad de estos temperamentos al subrayar que el optimista pensaba que todo en el mundo era bueno—menos el pesimista; mientras que el pesimista estaba convencido de que todo en el mundo era malo—salvo él mismo.
El bicentenario ha sido el torneo de esas dos credulidades: optimistas contra pesimistas.
A decir verdad, el pesimismo ha sido la voz cantante. Tenemos miedo y no vemos el futuro con confianza. Existe una enorme frustración con el desempeño del pluralismo y la sensación de que el país está detenido. El pesimista hace un catálogo de los fracasos que enlista como si fueran condenas eternas. Pero no nos confundamos: no es el registro de los problemas lo que lo convierte en pesimista. Lo que le da ese carácter es su convencimiento de que el desastre es nuestra naturaleza: así somos y no hay escapatoria. El optimista, por su parte, corre de un presente que es difícil elogiar para presentar un panorama más halagüeño. Habla de los avances que hemos vivido en un par de siglos para concluir que caminamos con buena dirección. A lo mejor avanzamos lentamente pero vamos en la ruta correcta.
Advierto que me parece innegable lo que han dicho algunos con la intención de subirnos el ánimo. Bajo cualquier mirador, México está mejor que en 1810 o que en 1910. Es un país más integrado, menos desigual y más próspero. Decirlo no es una mentira pero puede ser una trivialidad. Por supuesto que México tiene hoy más personas que saben leer y escribir; es evidente que hay mejores caminos y más hospitales que hace doscientos años; no se puede negar que el país era más injusto hace un siglo. Pero vale preguntar si esa es la forma en que debemos evaluar nuestra condición para apreciar nuestra circunstancia. ¿Compararnos con nuestro pasado o ubicarnos en nuestro entorno? ¿Festinar lo que hemos logrado o advertir las oportunidades que hemos dejado pasar? Seguirnos viendo en aislamiento como si nuestra historia fuera el único experimento del género humano es un ejercicio absurdo.
Un pudor cívico impulsa a los optimistas a enfatizar realizaciones y a desdeñar la entidad de nuestros problemas. Como si subrayar nuestro retraso fuera una indecencia, como si fueran cosas de las que no deberíamos hablar en público porque propalan desánimo. Como si la crítica dependiera del estado de ánimo o, como nos dicen, de nuestro “mal humor.” La hoja de parra que el voluntarismo optimista ha encontrado para ocultar nuestras vergüenzas es una mirada histórica que es tan verídica como superficial. Celebrar que en México haya más personas que conocen el alfabeto hoy, frente a las que sabían leer y escribir hacie doscientos años es como homenajear a un adulto que ha logrado controlar esfínteres. Por supuesto que hoy hay muchos más caminos asfaltados que hace un siglo y es obvio que hay más hospitales y más vacunas y más escuelas y también más teléfonos celulares. Pero, ¿debemos poner ahí la prueba de la complacencia? El pasado no puede ser criterio de evaluación si no examinamos las realizaciones en contraste con las oportunidades que hemos desaprovechado y si no las ponemos en la perspectiva de lo que ha sucedido a nuestro alrededor.
No se trata de flagelación sino de ejercicio crítico. México va mal. El pesimista pensará que estamos mal porque ése es nuestro destino; el crítico entenderá que vamos mal por malas decisiones antes y por las pocas decisiones de hoy. Sabrá por ello que el circuito de la frustración puede romperse y que en una generación el país puede—si es que toma las decisiones correctas—cambiar sustancialmente de horizonte. Pero hoy ese horizonte se nos sigue escondiendo.
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lunes, 13 de septiembre de 2010
La miopía de lo político
Aceptemos por un momento la ficción de que esta semana cumplimos doscientos años. Démosla un momento por válida, aunque se entienda bien que las naciones no son criaturas paridas entre gritos, en una noche. Las metáforas nos ayudan a entendernos, en la medida en que sepamos que lo son. La idea del cumpleaños de las doscientas velas es útil porque nos permite pensar en México. Los dos siglos podrían ayudarnos a expandir la mirada, a reflexionar de un modo distinto sobre la casa común. Lo digo no solamente porque el horizonte de un tiempo largo ofrezca la perspectiva que nos urge, ese sentido de proporción que hemos perdido, atrapados por la urgencia del día. Lo digo también porque los siglos nos permitirían también superar la miopía de lo político.
La política nos ha hecho miopes. Ha querido que su obsesión por el poder sea nuestra. Ha querido imponernos su mirada y, en buena medida lo ha logrado. Pensar la vida de México desde ese marco que enfoca gobiernos, caudillos, congresos, leyes, constituciones, proclamas, revoluciones, presidentes. Lealtades y traiciones; patriotismo y enemigos. Sólo importa lo que cabe en sus categorías y en sus pleitos. Desde luego que ésa no fue la única voz del bicentenario, pero fue la predominante: la nación como pelota en el juego de la política. La nación como fruto de un patriótico furor destructivo. La peor contribución del bicentenario fue el haber insistido en esa lectura de México. Se reinstaló entre nosotros el vocabulario de la épica: los héroes y sus gestas; los padres de la patria y sus sacrificios; los prohombres y sus proezas. Es cierto que, a diferencia del primer centenario, no se usó la conmemoración para enaltecer a un hombre, pero se ha usado para glorificar el mismo quehacer: la política. Se ha usado para comprenderla en clave dramática: una política cocinada con violencia y sangre, preparada con el sacrificio de los mártires. No celebramos la política estable y constructiva (esa que la vieja y la nueva historia oficial desprecian) sino la política de la ruptura. La cara más grotesca de esta idolatría es que el gobierno federal nos haya invitado a rendir homenaje a los huesos de los insurgentes. Espectáculo abominable para la macabra autocelebración de la política.
Es vanidad de la política asumirse como hacedora exclusiva de la nación.
Por eso se habla de los “padres de la patria,” como si una amiba fuera, de pronto, felizmente fecundada por el heroísmo que la transforma en una sociedad con cuerpo y rumbo. Los héroes obsequiándonos la patria para que todos los septiembres les demos las gracias. Pero si celebramos la casa común habría que apreciar otros albañiles: no los de la sangre y la muerte, no los de la asonada y el arrojo, sino los constructores cotidianos de un espacio que reconocemos, a pesar de todo, como nuestro. México empezará su tercer siglo con lacras profundas y muy viejas; también con problemas nuevos y muy amenazadores. Una historia hiperpolítica y belicosa nos ayuda poco a entendernos y a encarar nuestros retos. Nos hace falta aprender de la modestia de las pequeñas conquistas. Apreciar los provechos de la construcción, por encima de las emociones de la demolición. Bien dice Gabriel Zaid que México no nació hace 200 años, con una guerra. “Los verdaderos padres de la patria no son los asesinos que enaltece la historia oficial, sino la multitud de mexicanos valiosos que han ido construyendo el país en la vida cotidiana, laboriosa, constructiva y llena de pequeños triunfos creadores.”
No niego que esos pequeños triunfos creadores conquistados sin sangre y sin violencia han modificado la manera en que se accede y se ejerce el poder. No ignoro la novedad histórica que significa el régimen democrático. Creo que debemos apreciar que, a finales del siglo XX, el país dejó de ser propiedad de un hombre. Esas victorias son los avances de la competencia electoral, los nuevos contrapesos del poder, las conquistas de la publicidad, la independencia y la crítica. Pero esos avances palidecen frente a la persistencia de los males ancestrales y la aparición de nuevas amenazas. No es mezquindad advertir que democracia se estanca, la barbarie regresa, la escuela está en ruinas y el país carece de rumbo. El bicentenario nos atrapa en el desánimo. Y a pesar de todo, México es la casa de millones. Existe. El tercer siglo de México es la oportunidad para pensarnos sin esa onerosa obsesión por la política dramática y pensar la nación sin los falseamientos de la declamación nacionalista.
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jueves, 9 de septiembre de 2010
Lanzan en línea primer videojuego del Bicentenario
Sombras heroicas', el primer videojuego educativo sobre el Bicentenario, ciento por ciento mexicano, cuyo desarrollo fue apoyado por la Secretaría de Economía y el Fondo PYME, se encuentra disponible en línea, de manera gratuita.
Este videojuego, que forma parte de las acciones encaminadas a celebrar el Bicentenario del inicio de la Independencia y Centenario de la Revolución de México, es el primero de cuatro que integran el paquete 'Memorias de una Nación'.
Estos videojuegos, se explica en un comunicado, responden a la necesidad de adaptar la enseñanza tradicional a una nueva generación de estudiantes, los llamados nativos digitales, que son niños que tienen contacto diario con la tecnología.
En la actualidad, los niños se aburren en clase con medios tradicionales, pues pasan en promedio cuatro horas diarias frente a una video terminal, por lo que este proyecto podría implementarse en las aulas de los preescolares, para así coadyuvar a la mejora de las habilidades cognitivas de los niños.
Alejandro Lerma, director de la empresa Ikoriko, ganadora de la segunda convocatoria Juego de Talento, indicó que cinco meses fueron necesarios para el desarrollo del videojuego, y en su desarrollo participaron pedagogos y el historiador David Guerrero Flores.
Se trata de un material sencillo, donde los niños tendrán que relacionar una sección de sombra o un objeto de posesión personal con cada uno de los ocho personajes de la historia nacional, explicó el directivo.
El año pasado esta empresa resultó ganadora del concurso Juego de Talento, una iniciativa que impulsa la industria del videojuego en el país, y que en conjunto con la Comisión Bicentenario convocó al desarrollo de estos materiales de temática histórica.
El proyecto 'Memorias de una Nación' consta de un paquete de los videojuegos educativos: 'Sombras Heroicas', para pequeños de 3 a 6 años; 'Bitácora de la Nación', para niños de 6 a 12 años; 'Caudillos de la Patria', para adolescentes, y el 'Museo Bicentenario Virtual' (MUBIVI) apto para toda la familia.
Dadas las características del videojuego disponible en la página www.Ikoriko.com, éste puede ayudar a repasar conocimientos, al mismo tiempo que contribuye a la mejora las habilidades en las tecnologías de la información y comunicación.
En opinión de Miri Flores, cofundadora de Ikoriko, se debe tomar al videojuego como una herramienta de apoyo en la educación por lo que se recomienda a padres y maestros incluir una sesión final de balance al terminar el juego, en la que los niños deberán reflexionar sobre el contenido y compartir los conocimientos adquiridos.
Este videojuego, que forma parte de las acciones encaminadas a celebrar el Bicentenario del inicio de la Independencia y Centenario de la Revolución de México, es el primero de cuatro que integran el paquete 'Memorias de una Nación'.
Estos videojuegos, se explica en un comunicado, responden a la necesidad de adaptar la enseñanza tradicional a una nueva generación de estudiantes, los llamados nativos digitales, que son niños que tienen contacto diario con la tecnología.
En la actualidad, los niños se aburren en clase con medios tradicionales, pues pasan en promedio cuatro horas diarias frente a una video terminal, por lo que este proyecto podría implementarse en las aulas de los preescolares, para así coadyuvar a la mejora de las habilidades cognitivas de los niños.
Alejandro Lerma, director de la empresa Ikoriko, ganadora de la segunda convocatoria Juego de Talento, indicó que cinco meses fueron necesarios para el desarrollo del videojuego, y en su desarrollo participaron pedagogos y el historiador David Guerrero Flores.
Se trata de un material sencillo, donde los niños tendrán que relacionar una sección de sombra o un objeto de posesión personal con cada uno de los ocho personajes de la historia nacional, explicó el directivo.
El año pasado esta empresa resultó ganadora del concurso Juego de Talento, una iniciativa que impulsa la industria del videojuego en el país, y que en conjunto con la Comisión Bicentenario convocó al desarrollo de estos materiales de temática histórica.
El proyecto 'Memorias de una Nación' consta de un paquete de los videojuegos educativos: 'Sombras Heroicas', para pequeños de 3 a 6 años; 'Bitácora de la Nación', para niños de 6 a 12 años; 'Caudillos de la Patria', para adolescentes, y el 'Museo Bicentenario Virtual' (MUBIVI) apto para toda la familia.
Dadas las características del videojuego disponible en la página www.Ikoriko.com, éste puede ayudar a repasar conocimientos, al mismo tiempo que contribuye a la mejora las habilidades en las tecnologías de la información y comunicación.
En opinión de Miri Flores, cofundadora de Ikoriko, se debe tomar al videojuego como una herramienta de apoyo en la educación por lo que se recomienda a padres y maestros incluir una sesión final de balance al terminar el juego, en la que los niños deberán reflexionar sobre el contenido y compartir los conocimientos adquiridos.
viernes, 3 de septiembre de 2010
¡No callar!

No callar: en vista de tantas y tan graves irregularidades, el silencio os hace cómplices. Allí donde consideréis que determinadas leyes, disposiciones y medidas son contraproducentes, deberíais, por el contrario, expresarlo con la mayor franqueza. ¡No enviéis a Roma declaraciones de sumisión, sino demandas de reforma!
martes, 31 de agosto de 2010
Los anticlericales de hoy
Este blog se ha beneficiado enormemente de los comentarios de El Lector. Las notas que he puesto sobre la crisis del Vaticano han encontrado en sus mensajes respuestas inteligentes que mucho aportan a la discusión. En su comentario más reciente, hace una reflexión que vale la pena destacar. Escribe:
Me preocupa notar que los anticlericales de hoy ya no son como los de antes. Voltaire y Melchor Ocampo fueron adversarios formidables para la Iglesia no sólo por su inteligencia, su pasión y la gracia de su pluma, sino también porque eran cristianos cultos, que sabían lo suyo de teología, derecho canónico e historia eclesiástica (además de muchas otras cosas). Yo no te pido que seas cristiano, jamás se lo exigiría a nadie, pero sí te pido que conozcas mejor al objeto de tu animadversión. Hay que luchar contra la dictadura del lugar común.
viernes, 20 de agosto de 2010
La dictadura del relativista
El contraste de estilos fue notable, aún para quien no sigue con atención los informes del Vaticano ni entiende la riqueza de sus símbolos. Tras un papa seductor de los medios, un predicador infatigable empeñado en recorrer todo el planeta, llegó un teólogo a sucederlo. No tiene el encanto ni el vigor de su antecesor. La sonrisa no le brota con naturalidad. Trajo consigo, sin embargo, extraordinarias credenciales intelectuales. Un auténtico filósofo, un teólogo erudito, un pianista notable: un intelectual que no ha rehuido el debate público. Hace unos años el Fondo de Cultura Económica publicó un librito que recoge el diálogo que sostuvo con Jürgen Habermas. El filósofo y el teólogo se reunieron en enero de 2004 en la Academia Católica de Baviera para discutir sobre los cimientos prepolíticos de la sociedad. La ponencia de Ratzinger me parece admirable por su erudición y lucidez. Más áspero fue su intercambio con Paulo Flores D’Arcais sobre la existencia de Dios. No es lugar para pesar sus argumentos. Destaco tan sólo la solvencia intelectual del pontífice.
Las reflexiones del teólogo no son, sin embargo, meros argumentos en el tejido de una conversación. No son opiniones de un religioso, sino actos de poder. Durante casi un cuarto de siglo fue el vigía de la fe y hoy es la cabeza de una institución milenaria. Fue un severísimo cuidador de la ortodoxia, un duro censor de opiniones disidentes, un celosísimo custodio de la tradición. El centinela de la doctrina fue inflexible con quienes se apartaban de su ruta. Su teología instituía una rigidez implacable. Su sapiencia alimentaba una cruzada de intolerancia. Ratzinger fue, sin duda, un extraordinario censor. Ninguna idea le parece inofensiva. Si su encomienda era evitar la ventilación de la organización religiosa más grande y más longeva del mundo, cumplió cabalmente su cometido. Benedicto XVI está convencido de que los males del mundo contemporáneo derivan de la Ilustración y no quiere que esas luces entren en su templo. La guerra de las civilizaciones de la que hablaba Huntington no es para él la batalla entre el islam y el mundo occidental sino el enfrentamiento de la cultura religiosa contra la cultura sin dios. Por ello se ha empeñado en cerrar las puertas de la iglesia a cualquier perversión moderna. Cuidar que el pensamiento de la Iglesia no se desvíe, vigilar que su enseñanza no se contamine por la moda de estos siglos recientes.
Pero esta obsesión por las ideas, esta manía teológica contrasta con la permisividad frente a los crímenes cometidos por sacerdotes católicos. Se trata de una tolerancia cómplice, un caso claro de encubrimiento. En su iglesia no habrá lugar para algún párroco que piense distinto; pero sí para quien ha violado niños.
Los crímenes sexuales al interior de la Iglesia son vistos como pecados; no como delitos. Como escándalos que agreden la reputación de la Iglesia, no como crímenes que merecen castigo ejemplar. Para él, el escándalo ha sido el intento de desprestigiar a la Iglesia; no la larga lista de víctimas. Las acusaciones que han llegado hasta la cima de la Iglesia son para el papa “murmuraciones de la opinión dominante.”
La heterodoxia será imperdonable para él; pero la violación de niños debe recibir comprensión, si es que hay arrepentimiento del pecador. Como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Joseph Ratzinger tuvo a su cargo investigar numerosas violaciones (no deben llamarse simplemente abusos sexuales) cometidas por sacerdotes católicos. Conoció de numerosos crímenes sexuales en Alemania y en Estados Unidos… y no hizo nada. El New York Times ha publicado trabajos periodísticos notables que detallan la responsabilidad directa del papa en la inacción y el encubrimiento. Como obispo de Munich, supo del caso del padre Hullerman quien obligó a un niño de 11 años a practicarle sexo oral. Ratzinger no dio aviso a la policía y estuvo de acuerdo con el traslado del sacerdote para recibir ayuda psicológica, manteniendo su trabajo eclesiástico y su contacto con niños—a los que, en poco tiempo, volvió a agredir sexualmente. También supo del caso del cura Murphy de Wisconsin, acusado de violar cerca de 200 niños sordos. No hizo nada. Le preocupaba, ante todo mantener el secreto. Más que la suerte de las víctimas, le ha importado proteger la reputación de la Iglesia. De su pluma salió, sí una amenaza: excomulgados quedarán quienes divulguen los hechos; no quienes hayan cometido los crímenes. No sé, preguntaba Andrew Sullivan hace unos días, si haya algo más repugnante moralmente, que colocar la imagen una institución por encima de la protección de niños que han sido sexualmente atacados. Pero esa ha sido la decisión del papa.
Cazar disidentes, encubrir pederastas. Ahí está es la verdadera dictadura del relativismo: castigo implacable a quien se aparta de la doctrina; perdón y terapia a los curas que, por comprensible debilidad carnal, se meten en los pantalones de los niños.
Las reflexiones del teólogo no son, sin embargo, meros argumentos en el tejido de una conversación. No son opiniones de un religioso, sino actos de poder. Durante casi un cuarto de siglo fue el vigía de la fe y hoy es la cabeza de una institución milenaria. Fue un severísimo cuidador de la ortodoxia, un duro censor de opiniones disidentes, un celosísimo custodio de la tradición. El centinela de la doctrina fue inflexible con quienes se apartaban de su ruta. Su teología instituía una rigidez implacable. Su sapiencia alimentaba una cruzada de intolerancia. Ratzinger fue, sin duda, un extraordinario censor. Ninguna idea le parece inofensiva. Si su encomienda era evitar la ventilación de la organización religiosa más grande y más longeva del mundo, cumplió cabalmente su cometido. Benedicto XVI está convencido de que los males del mundo contemporáneo derivan de la Ilustración y no quiere que esas luces entren en su templo. La guerra de las civilizaciones de la que hablaba Huntington no es para él la batalla entre el islam y el mundo occidental sino el enfrentamiento de la cultura religiosa contra la cultura sin dios. Por ello se ha empeñado en cerrar las puertas de la iglesia a cualquier perversión moderna. Cuidar que el pensamiento de la Iglesia no se desvíe, vigilar que su enseñanza no se contamine por la moda de estos siglos recientes.
Pero esta obsesión por las ideas, esta manía teológica contrasta con la permisividad frente a los crímenes cometidos por sacerdotes católicos. Se trata de una tolerancia cómplice, un caso claro de encubrimiento. En su iglesia no habrá lugar para algún párroco que piense distinto; pero sí para quien ha violado niños.
Los crímenes sexuales al interior de la Iglesia son vistos como pecados; no como delitos. Como escándalos que agreden la reputación de la Iglesia, no como crímenes que merecen castigo ejemplar. Para él, el escándalo ha sido el intento de desprestigiar a la Iglesia; no la larga lista de víctimas. Las acusaciones que han llegado hasta la cima de la Iglesia son para el papa “murmuraciones de la opinión dominante.”
La heterodoxia será imperdonable para él; pero la violación de niños debe recibir comprensión, si es que hay arrepentimiento del pecador. Como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Joseph Ratzinger tuvo a su cargo investigar numerosas violaciones (no deben llamarse simplemente abusos sexuales) cometidas por sacerdotes católicos. Conoció de numerosos crímenes sexuales en Alemania y en Estados Unidos… y no hizo nada. El New York Times ha publicado trabajos periodísticos notables que detallan la responsabilidad directa del papa en la inacción y el encubrimiento. Como obispo de Munich, supo del caso del padre Hullerman quien obligó a un niño de 11 años a practicarle sexo oral. Ratzinger no dio aviso a la policía y estuvo de acuerdo con el traslado del sacerdote para recibir ayuda psicológica, manteniendo su trabajo eclesiástico y su contacto con niños—a los que, en poco tiempo, volvió a agredir sexualmente. También supo del caso del cura Murphy de Wisconsin, acusado de violar cerca de 200 niños sordos. No hizo nada. Le preocupaba, ante todo mantener el secreto. Más que la suerte de las víctimas, le ha importado proteger la reputación de la Iglesia. De su pluma salió, sí una amenaza: excomulgados quedarán quienes divulguen los hechos; no quienes hayan cometido los crímenes. No sé, preguntaba Andrew Sullivan hace unos días, si haya algo más repugnante moralmente, que colocar la imagen una institución por encima de la protección de niños que han sido sexualmente atacados. Pero esa ha sido la decisión del papa.
Cazar disidentes, encubrir pederastas. Ahí está es la verdadera dictadura del relativismo: castigo implacable a quien se aparta de la doctrina; perdón y terapia a los curas que, por comprensible debilidad carnal, se meten en los pantalones de los niños.
jueves, 5 de agosto de 2010
La estrategia ciega
El documento de la hora es el estupendo artículo de Eduardo Guerrero sobre la agujereada estrategia gubernamental contra el crimen, publicado en el número más reciente de nexos. El texto merece una lectura atenta. No sólo ha hecho ruido sino que, al parecer, ha contribuido a provocar la revisión de la estrategia gubernamental. En sus conclusiones puede encontrarse este juicio sobre la ceguera de la decisión inicial. El gobierno no contaba información esencial sobre el enemigo en estos renglones:
- Su moderno, abundante y potente acervo de armas. La facilidad con que introduce armas en territorio nacional y su alta sofisticación logística.
- Sus altas capacidades de inteligencia y contrainteligencia. Los cárteles han logrado penetrar las altas esferas de la SSP y la PGR, como lo han revelado los arrestos de Fernando Rivera (director de inteligencia de la SIEDO en la PGR), Noé Rodríguez Mandujano (SIEDO), Édgar Enrique Bayardo (inspector de operaciones de la PFP), Gerardo Garay (Comisionado de la PFP), Francisco Navarro (jefe de Operaciones Especiales de la PFP) y Jorge Cruz (director de Análisis Táctico de la PFP).
- La abundante reserva humana con que cuenta para sostener una guerra larga y costosa (típicamente jóvenes agrupados en pandillas o campesinos en el sur del país).
- La protección social con que cuentan en innumerables comunidades del país, dado su papel como benefactores.
- Las capacidades y vulnerabilidades específicas de cada uno de los cárteles.
- La escasa capacidad de inteligencia con que cuentan el ejército y las policías preventiva y ministerial.
- La penetración del crimen organizado en los niveles directivos de las agencias gubernamentales.
- La inadecuación del marco regulatorio para emprender una guerra con el crimen organizado.
- Los conflictos burocráticos entre las diversas agencias que componen el gabinete de Seguridad Nacional, y que impiden su coordinación —condición clave para avanzar exitosamente en la estrategia.
- El nulo apoyo que recibirían las fuerzas federales de las fuerzas estatales y municipales. En algunos casos, las policías municipales incluso han boicoteado el trabajo de la Policía Federal y del ejército.
Convocan la primera 'Manifestación contra las Agresiones a Periodistas en México' a realizarse en el DF

Para exigir un "¡Alto a la impunidad en torno de los asesinatos, secuestros, desapariciones y amenazas a los periodistas y trabajadores de los medios de comunicación! ¡No más agresiones!", periodistas, editores y trabajadores de medios de comunicación han convocado a una marcha para el próximo sábado 7 de agosto a las 12:00 horas en la ciudad de México.
Esta movilización -dice el texto difundido-, que partirá del Ángel de la Independencia, en el Paseo de la Reforma, a la sede de la Secretaría de Gobernación, en Avenida Bucareli, es la expresión y concreción de inquietudes y preocupaciones de reporteros, redactores, editores y trabajadores de los medios de comunicación de todo el país que, sin siglas ni membretes, hemos decidido demandar justicia para las víctimas de agresiones y asesinatos, condiciones de seguridad para ejercer nuestra labor cotidiana y acciones concretas a favor de la libertad de expresión y del derecho a la información por parte de las instituciones del Estado que tienen ese mandato legal.
El llamado a la denominada "la primera Manifestación contra las Agresiones a Periodistas en México", organizada también como "un acto de acto de solidaridad con los colegas muertos, amenazados, con los 64 reporteros cuyos crímenes no han sido resueltos, con los 11 que continúan desaparecidos", asienta en el segundo de tres planteamientos:
"Las instituciones del Estado mexicano, y los diferentes órdenes de gobierno, tienen el deber y la obligación constitucional de garantizar el pleno acceso y disfrute de los derechos a la libertad de expresión y a la libertad de información, para los periodistas y la sociedad en general, sin distinción de posiciones ideológicas o políticas. Esos derechos, que deben tener plena vigencia para todos los mexicanos, no pueden, en modo alguno, suspenderse, acotarse, negociarse o transferirse. ¡Que se cumplan! ¡Que se hagan cumplir!".
Destraca el escrito que "como lo evidencian los acontecimientos más recientes ocurridos en Gómez Palacio, Durango, reporteros, camarógrafos y reporteros gráficos somos el eslabón más débil en la industria de la comunicación: es a nosotros a quienes agreden físicamente, a quienes amenazan, a quienes secuestran, a quienes asesinan, a quienes acosan, quienes dejamos en la indefensión a nuestras familias, quienes padecemos, día tras día, el repudio y las agresiones sólo por portar una libreta, un logotipo, un micrófono, una cámara, una grabadora: por hacer nuestro trabajo".
Convencidos -agrega el comunicado- de que es hora de que todos los periodistas de México se sienten a dialogar, a discutir, a buscar, con su pluralidad de posiciones y opiniones, la forma de garantizar el ejercicio pleno del oficio y el derecho de los ciudadanos a la información en cada rincón del país, lanzamos este llamado para que nos respalden, nos acompañen, nos hagan sentir que los reporteros de a pie no estamos solos en nuestros planteamientos:
jueves, 22 de julio de 2010
Extraviado
Manuel Gómez Morin entendió que la política era una batalla contra el arrebato. Hacer política era remar contra la precipitación y aún contra el instinto. Domar la bestia con paciencia; resistir sus carnadas con razón. A eso dedica cartas a Vasconcelos que bien se pueden leer como uno de los argumentos más coherentes de nuestra tradición contra la tentación personalista. El admirador del maestro no creyó nunca en su Llamado. El entusiasmo es un cerillo corto. Ni al mejor de los hombres debe entregarse toda la esperanza: un proyecto auténtico de renovación exige tiempo, ideas, estructura. Necesitamos, decía Gómez Morin, una “organización bien orientada.” Eso quería: una organización bien orientada y selecta, con entereza e ideas claras.
El producto está desorientado y bien desorientado tras la desgracia del éxito. Su dirigente nacional se muestra orondo, palabra que el diccionario vincula a la satisfacción presuntuosa pero también a la hinchazón hueca. El éxito de su estrategia reciente lo mantiene en su puesto pero, en realidad, es síndrome de un extravío o, más bien, de varios. A diez años de haber ocupado la presidencia de la república, el Partido Acción Nacional no tiene más eje que sus antipatías primitivas. El PAN no encuentra otra propuesta, no halla otro mensaje que su antagonismo inicial. Incapaz de hacer acopio de éxitos recientes y promesas atractivas, se ha puesto en renta: un simple vehículo del antipriismo. Después de décadas de oposición y diez años de gobierno, el PAN es una mala copia del partido opositor que fue. Es un partido desdibujado, marcado por la inseguridad, el miedo y el resentimiento.
Una lectura del libro de Alonso Lujambio sobre la vida del PAN (La democracia indispensable. Ensayos sobre la historia del Partido Acción Nacional, DGE – Equilibrista, 2009) alimentaría severas recriminaciones a la conducción reciente de ese partido. En ese vívido recorrido por la biografía del PAN y sus cultivadores, pueden encontrarse tres propósitos vitales de Acción Nacional: la formación de un ideario práctico, la construcción de una institución sólida y bien implantada en el país y la transformación cultural de nuestra política. Gómez Morin, Christlieb y Castillo Peraza serían las figuras emblemáticas de esa triple ambición.
Acción Nacional es hijo del defensor más elocuente de la técnica. Buscaba ideas realizables, propuestas concretas que pudieran hacer frente a la fraseología de los demagogos. Respetaba por ello el conocimiento que incuba lentamente, la experiencia que se forma entre retos, el prestigio que dan los resultados. Encontraba en la técnica el compromiso auténtico con la vida, no el culto a la abstracción. Pero el partido que fundó hace política de espaldas a la técnica. No sólo eso: gobierna con abierto desprecio al mérito. El amiguismo impera hoy como nunca. No hay otro requisito para formar parte del círculo superior de la administración que la lealtad personal. Los técnicos que Gómez Morin quiso cultivar fueron usados primero por el panismo en el gobierno pero han sido crecientemente hostigados. No es raro que preparen su retorno al poder con otro boleto.
La paciencia panista partía de la convicción de que el cambio tendría que avanzar de la periferia hasta el centro. Su ambición no fue inmediatamente presidencial: quiso transformar el poder antes de ejercerlo. No solamente habría de competir y ocupar las plazas de la representación local, había que formar institución en el pueblo, el municipio, el estado. Había que hacerlo, además, de cierto modo, con reglas y en democracia. Pero tal parece que esa convicción ha reventado. La dirigencia nacional del PAN considera que las condiciones son tan adversas hoy que no puede obstruirse la estrategia electoral del partido con reverencias federalistas. Implantó por ello un auténtico régimen de excepción. En efecto, la dirigencia de Acción Nacional ha impuesto una dictadurcilla en nombre—¡otra vez—de la transición: paréntesis que pone las reglas ordinarias en suspenso y que concentra el poder en la autoridad central. La ocupación no tiene precedente en la historia panista. Su éxito no debe hacernos olvidar la ominosa anomalía.
Quiso el PAN ser también alternativa cultural. Carlos Castillo Peraza llegó a creer, gramscianamente, que el PAN había triunfado en los valores antes de imponerse en las elecciones. Creía que sus ideas sobre la competencia política, la economía, el sindicato o el Congreso se habían hecho las ideas de todos. Las aberraciones, por indefendibles, se irían extinguiendo. Hoy podemos decir que ese orgullo que sentía el yucateco se convirtió en el gran fracaso histórico del PAN: su derrota cultural. Tras ganar la presidencia, el PAN perdió la brújula: hoy defiende sátrapas sindicales; reparte puestos por burdos criterios de amistad, condena el mérito y renta su sello en beneficio de priistas en desgracia.
El producto está desorientado y bien desorientado tras la desgracia del éxito. Su dirigente nacional se muestra orondo, palabra que el diccionario vincula a la satisfacción presuntuosa pero también a la hinchazón hueca. El éxito de su estrategia reciente lo mantiene en su puesto pero, en realidad, es síndrome de un extravío o, más bien, de varios. A diez años de haber ocupado la presidencia de la república, el Partido Acción Nacional no tiene más eje que sus antipatías primitivas. El PAN no encuentra otra propuesta, no halla otro mensaje que su antagonismo inicial. Incapaz de hacer acopio de éxitos recientes y promesas atractivas, se ha puesto en renta: un simple vehículo del antipriismo. Después de décadas de oposición y diez años de gobierno, el PAN es una mala copia del partido opositor que fue. Es un partido desdibujado, marcado por la inseguridad, el miedo y el resentimiento.
Una lectura del libro de Alonso Lujambio sobre la vida del PAN (La democracia indispensable. Ensayos sobre la historia del Partido Acción Nacional, DGE – Equilibrista, 2009) alimentaría severas recriminaciones a la conducción reciente de ese partido. En ese vívido recorrido por la biografía del PAN y sus cultivadores, pueden encontrarse tres propósitos vitales de Acción Nacional: la formación de un ideario práctico, la construcción de una institución sólida y bien implantada en el país y la transformación cultural de nuestra política. Gómez Morin, Christlieb y Castillo Peraza serían las figuras emblemáticas de esa triple ambición.
Acción Nacional es hijo del defensor más elocuente de la técnica. Buscaba ideas realizables, propuestas concretas que pudieran hacer frente a la fraseología de los demagogos. Respetaba por ello el conocimiento que incuba lentamente, la experiencia que se forma entre retos, el prestigio que dan los resultados. Encontraba en la técnica el compromiso auténtico con la vida, no el culto a la abstracción. Pero el partido que fundó hace política de espaldas a la técnica. No sólo eso: gobierna con abierto desprecio al mérito. El amiguismo impera hoy como nunca. No hay otro requisito para formar parte del círculo superior de la administración que la lealtad personal. Los técnicos que Gómez Morin quiso cultivar fueron usados primero por el panismo en el gobierno pero han sido crecientemente hostigados. No es raro que preparen su retorno al poder con otro boleto.
La paciencia panista partía de la convicción de que el cambio tendría que avanzar de la periferia hasta el centro. Su ambición no fue inmediatamente presidencial: quiso transformar el poder antes de ejercerlo. No solamente habría de competir y ocupar las plazas de la representación local, había que formar institución en el pueblo, el municipio, el estado. Había que hacerlo, además, de cierto modo, con reglas y en democracia. Pero tal parece que esa convicción ha reventado. La dirigencia nacional del PAN considera que las condiciones son tan adversas hoy que no puede obstruirse la estrategia electoral del partido con reverencias federalistas. Implantó por ello un auténtico régimen de excepción. En efecto, la dirigencia de Acción Nacional ha impuesto una dictadurcilla en nombre—¡otra vez—de la transición: paréntesis que pone las reglas ordinarias en suspenso y que concentra el poder en la autoridad central. La ocupación no tiene precedente en la historia panista. Su éxito no debe hacernos olvidar la ominosa anomalía.
Quiso el PAN ser también alternativa cultural. Carlos Castillo Peraza llegó a creer, gramscianamente, que el PAN había triunfado en los valores antes de imponerse en las elecciones. Creía que sus ideas sobre la competencia política, la economía, el sindicato o el Congreso se habían hecho las ideas de todos. Las aberraciones, por indefendibles, se irían extinguiendo. Hoy podemos decir que ese orgullo que sentía el yucateco se convirtió en el gran fracaso histórico del PAN: su derrota cultural. Tras ganar la presidencia, el PAN perdió la brújula: hoy defiende sátrapas sindicales; reparte puestos por burdos criterios de amistad, condena el mérito y renta su sello en beneficio de priistas en desgracia.
domingo, 11 de julio de 2010
Mundial con exceso de políticos
Puyol sorprendido en la ducha por la reina Sofía. Una imagen tan repetida o más que la de su gol contra Alemania. Como repetidas y abundantes han sido las opiniones de los políticos durante este Mundial de Fútbol en muchos medios. El presidente Zapatero, Mariano Rajoy y Cayo Lara escriben hoy sobre la final de España en Público, El País y Marca.
¿Por qué? ¿Qué aportan? ¿Legitiman los votos para opinar de fútbol? ¿Son los políticos también los representantes de la España futbolística?
Más bien es la deriva de un periodismo servil, vago y poco imaginativo. Un periodismo tan apegado a sus fuentes más frecuentes y a su pereza intelectual que no se le ocurre mejor cosa para llenar minutos o páginas en la previa de un partido de fútbol.
George Orwell se quejaba hace muchos años -como recuerda Íñigo- de la utilización del deporte para exacerbar las pasiones nacionalistas.
"Las competiciones internacionales son una imitación de la guerra. Pero lo significativo no es la conducta de los jugadores, sino la actitud de los espectadores. Y detrás de ellos, de las naciones envueltas en furia sobre esas absurdas competiciones, y que creen seriamente - al menos por cortos períodos- que correr, saltar y golpear una pelota son pruebas de virtud nacional".
En estos días de fervor por la Roja y manifestaciones en una Cataluña despechada, muchos medios han sufrido para mantener el equilibrio entre la pasión deportiva y sus intentos de evitar o apoyar los nacionalismos de unos y otros. Otros han encontrado en los triunfos de la selección de fútbol el acicate para el mito y los ritos patrióticos.
Los medios son mucho menos flexibles que el público para las adscripciones líquidas. Pasiones de exaltación del juego y sus protagonistas pronto separados de las fidelidades y convicciones cotidianas.
Los medios informativos se quedan pegados a sus ideologías y tendencias con más sujeción que una ciudadanía más plural y menos obsesionada.
Impresionante leer algunas filigranas de columnistas sobre la estrategia constitucional del equipo de Vicente del Bosque y las loas y justificaciones de un juego donde la adscripción territorial de los jugadores parece más importante a veces que su posición en el campo.
Demasiada política tiñendo un deporte disfrutado a fondo, individual y colectivamente.
Demasiada política en el tamiz de esos directores y periodistas que prefieren dar sus mejores páginas a un artículo de Zapatero o de Rajoy -que ha tenido la parquedad económica y verbal de enviar el mismo artículo a los tres diarios que se lo han pedido- que a quienes pueden aportar más elementos para saborear con más criterio y gusto el partido de esta tarde.
Los periodistas no paran de quejarse de los políticos, de las ruedas de prensa sin preguntas, de su control de la agenda informativa. Cuando no lo hacen, muchos se la entregan sin caer en que la mayoría de sus lectores sí diferencian entre política y deporte.
El nacionalismo en el deporte internacional quizá sea tan intenso como en tiempos de Orwell. Pero el deporte es ahora un gran negocio donde los medios se juegan mucho. Y los políticos siguen jugando un papel rector y de decisión en los negocios de los medios.
Por eso no es de extrañar que las tribunas invitadas antes de la final del Mundial les pertenezcan o que diarios como El País aprovechen el día para pedir a los poderes políticos intervención en el negocio del fútbol con objetivo de evitar presuntas bancarrotas en un mercado en el que medios y políticos se funden demasiado.
¿Por qué? ¿Qué aportan? ¿Legitiman los votos para opinar de fútbol? ¿Son los políticos también los representantes de la España futbolística?
Más bien es la deriva de un periodismo servil, vago y poco imaginativo. Un periodismo tan apegado a sus fuentes más frecuentes y a su pereza intelectual que no se le ocurre mejor cosa para llenar minutos o páginas en la previa de un partido de fútbol.
George Orwell se quejaba hace muchos años -como recuerda Íñigo- de la utilización del deporte para exacerbar las pasiones nacionalistas.
"Las competiciones internacionales son una imitación de la guerra. Pero lo significativo no es la conducta de los jugadores, sino la actitud de los espectadores. Y detrás de ellos, de las naciones envueltas en furia sobre esas absurdas competiciones, y que creen seriamente - al menos por cortos períodos- que correr, saltar y golpear una pelota son pruebas de virtud nacional".
En estos días de fervor por la Roja y manifestaciones en una Cataluña despechada, muchos medios han sufrido para mantener el equilibrio entre la pasión deportiva y sus intentos de evitar o apoyar los nacionalismos de unos y otros. Otros han encontrado en los triunfos de la selección de fútbol el acicate para el mito y los ritos patrióticos.
Los medios son mucho menos flexibles que el público para las adscripciones líquidas. Pasiones de exaltación del juego y sus protagonistas pronto separados de las fidelidades y convicciones cotidianas.
Los medios informativos se quedan pegados a sus ideologías y tendencias con más sujeción que una ciudadanía más plural y menos obsesionada.
Impresionante leer algunas filigranas de columnistas sobre la estrategia constitucional del equipo de Vicente del Bosque y las loas y justificaciones de un juego donde la adscripción territorial de los jugadores parece más importante a veces que su posición en el campo.
Demasiada política tiñendo un deporte disfrutado a fondo, individual y colectivamente.
Demasiada política en el tamiz de esos directores y periodistas que prefieren dar sus mejores páginas a un artículo de Zapatero o de Rajoy -que ha tenido la parquedad económica y verbal de enviar el mismo artículo a los tres diarios que se lo han pedido- que a quienes pueden aportar más elementos para saborear con más criterio y gusto el partido de esta tarde.
Los periodistas no paran de quejarse de los políticos, de las ruedas de prensa sin preguntas, de su control de la agenda informativa. Cuando no lo hacen, muchos se la entregan sin caer en que la mayoría de sus lectores sí diferencian entre política y deporte.
El nacionalismo en el deporte internacional quizá sea tan intenso como en tiempos de Orwell. Pero el deporte es ahora un gran negocio donde los medios se juegan mucho. Y los políticos siguen jugando un papel rector y de decisión en los negocios de los medios.
Por eso no es de extrañar que las tribunas invitadas antes de la final del Mundial les pertenezcan o que diarios como El País aprovechen el día para pedir a los poderes políticos intervención en el negocio del fútbol con objetivo de evitar presuntas bancarrotas en un mercado en el que medios y políticos se funden demasiado.
lunes, 14 de junio de 2010
Prohibido ser peatón
Uno, dos, tres y no más. En un país con altos estándares de pobreza, cualquiera esperaría una estrategia clara para garantizar la seguridad peatonal y en la utilización del transporte público. Pero lo esperable no es lo real. Johannesburgo es poco más que un infierno para quienes no tienen la oportunidad de contar con un automóvil. Si deseas cruzar una calle, salvo que te encuentres en el centro, por donde se ubica el Ellis park, debes sortear carros a una velocidad promedio de cien kilómetros por hora. Si logras evitar este contratiempo, te encuentras con que, en muchos casos, ni siquiera hay banquetas para andar a pie, reduciéndose tus posiblidades al tan coloquial “oríllese a la orilla”, misma que por lo general se limita a unos sesenta centímetros.
Johannesburgo es extremo. O te encuentras con un tráfico envidiable hasta para Constituyentes o gozas de una irresponsable libertad para exceder los límites de velocidad sin pudor alguno. Salvo en el centro y/o en las horas pico, se puede apretar el acelerador a fondo, al más puro estilo de Crazy Taxi, aquel videojuego en el que no importa cómo manejes, sino la velocidad con que vayas dejando a los clientes en su destino.
En Sudáfrica, por increíble que parezca, está prohibido ser peatón… no sólo por la inseguridad, también porque atreverse a caminar puede ser toda una experiencia de vida… o muerte.
Johannesburgo es extremo. O te encuentras con un tráfico envidiable hasta para Constituyentes o gozas de una irresponsable libertad para exceder los límites de velocidad sin pudor alguno. Salvo en el centro y/o en las horas pico, se puede apretar el acelerador a fondo, al más puro estilo de Crazy Taxi, aquel videojuego en el que no importa cómo manejes, sino la velocidad con que vayas dejando a los clientes en su destino.
En Sudáfrica, por increíble que parezca, está prohibido ser peatón… no sólo por la inseguridad, también porque atreverse a caminar puede ser toda una experiencia de vida… o muerte.
miércoles, 9 de junio de 2010
Presenta perito extranjero dictamen sobre caso 'ABC'
El viernes pasado la Procuraduría General de la República (PGR) integró a la averiguación previa el peritaje que hizo David Smith, contratado por un grupo de padres que perdieron a sus hijos en la guardería ABC.
Smnith (presidente de la firma Associated Fire Consultants) elaboró un diagnóstico técnico científico para determinar origen, causa y responsabilidades del incendio utilizando la metodología y principios reconocidos por la Asociación Internacional de Protección del Fuego (NFPA) Documento 921 y del Protocolo para Investigar la Escena del Fuego, del cual es coautor y que es aceptado universalmente como un estándar para los investigadores profesionales de incendios.
Smith encontró la evidencia de cajas de cartón consumidas en lo que se llama patentes irregulares, esto debido a que no es tan sencillo quemar cajas con papel compactado por la falta de oxígeno en ellas. En cambio, se encontraron evidencias de líquidos de ignición (probablemente gasolina) comúnmente referidos como acelerados.
Por su parte, la PGR confirmó a través de un comunicado que "David Mitchell Smith, contratado por los padres de las víctimas, presentó y ratificó el 4 de junio un dictamen sobre el caso ante el agente del Ministerio Público de la Federación, mismo que se incorporó a la averiguación previa AP/PGR/SON/HER-V/1132/2009".
Agregó que "durante su ratificación, el norteamericano fue auxiliado por un traductor y participaron los abogados de las dos madres coadyuvantes que ofrecieron dicha prueba pericial".
Smnith (presidente de la firma Associated Fire Consultants) elaboró un diagnóstico técnico científico para determinar origen, causa y responsabilidades del incendio utilizando la metodología y principios reconocidos por la Asociación Internacional de Protección del Fuego (NFPA) Documento 921 y del Protocolo para Investigar la Escena del Fuego, del cual es coautor y que es aceptado universalmente como un estándar para los investigadores profesionales de incendios.
Smith encontró la evidencia de cajas de cartón consumidas en lo que se llama patentes irregulares, esto debido a que no es tan sencillo quemar cajas con papel compactado por la falta de oxígeno en ellas. En cambio, se encontraron evidencias de líquidos de ignición (probablemente gasolina) comúnmente referidos como acelerados.
Por su parte, la PGR confirmó a través de un comunicado que "David Mitchell Smith, contratado por los padres de las víctimas, presentó y ratificó el 4 de junio un dictamen sobre el caso ante el agente del Ministerio Público de la Federación, mismo que se incorporó a la averiguación previa AP/PGR/SON/HER-V/1132/2009".
Agregó que "durante su ratificación, el norteamericano fue auxiliado por un traductor y participaron los abogados de las dos madres coadyuvantes que ofrecieron dicha prueba pericial".
sábado, 29 de mayo de 2010
México tiene su propio ``Arizona''
Uno de los argumentos más frecuentes de los defensores de la ley antiinmigrantes de Arizona es que ese estado no está haciendo algo muy distinto de lo que México hace con los indocumentados centroamericanos, ni de lo que hacen los países latinoamericanos con sus propios inmigrantes ilegales. Es un argumento muy poderoso, y no del todo disparatado.
Desde un punto de vista estrictamente legal, es una afirmación engañosa, porque la nueva ley de Arizona podría promover la discriminación racial, mientras que la ley mexicana es mucho más protectora de los derechos de los inmigrantes. Pero en la vida real, México tolera el maltrato de los inmigrantes indocumentados centro y sudamericanos tanto o más de lo que lo ha hecho Arizona hasta ahora.
Empecemos por las leyes. Un reciente artículo del Washington Times, titulado ``Las leyes de México contra los ilegales son mas severas que la de Arizona'', afirmaba que ``según la ley mexicana, la inmigración ilegal es un delito grave, penado hasta con dos años de cárcel. Los inmigrantes que son deportados e intentan volver a entrar al país pueden ser condenados a 10 años de cárcel''.
El artículo citaba al congresista republicano de Texas, Ted Poe, afirmando que las críticas del gobierno de México a la ley de Arizona son ``hipócritas'', porque las leyes inmigratorias de México son ``aun más severas que las de Estados Unidos''.
Durante su visita a Washington la semana pasada, el presidente mexicano Felipe Calderón le dijo a CNN que ``Eso solía ser cierto, pero ya no lo es''. Calderón señaló que la ley inmigratoria de México fue enmendada en el 2008, y que todos los duros castigos impuestos a los inmigrantes indocumentados fueron eliminados.
Según me explican funcionarios mexicanos, hay dos grandes diferencias entre la ley mexicana actual y la ley de Arizona:
Primero, ser un inmigrante indocumentado en México no es un delito grave, ni siquiera un delito menor, sino una falta administrativa. Esto significa que en México, a diferencia de lo que ocurre en Arizona, nadie puede ser encarcelado por violar las leyes inmigratorias.
Los que violan esas reglas tienen que pagar una multa, y sólo pueden ser deportados si son detenidos por funcionarios de inmigración.
En segundo lugar, la policía mexicana no puede preguntar sobre el estatus inmigratorio de una persona, aun cuando esa persona haya sido detenida por otras razones. La policía mexicana sólo debe notificar a las autoridades de inmigración cuando los inmigrantes declaran voluntariamente que, por ejemplo, están ilegalmente en el país en camino hacia Estados Unidos.
En comparación, la ley de Arizona exige que la policía pida los papeles inmigratorios a las personas que detiene por cualquier otra razón válida, incluidas infracciones de tráfico.
Los defensores de la ley de Arizonan afirman que ese estado es mucho más generoso con los indocumentados que México.
``En México, el gobierno no les da vales de alimentos, ni servicios educativos, ni servicios médicos de emergencia a quienes no tienen documentos de inmigración'', dice George W. Grayson, profesor de la Universidad William and Mary.
Desde un punto de vista estrictamente legal, es una afirmación engañosa, porque la nueva ley de Arizona podría promover la discriminación racial, mientras que la ley mexicana es mucho más protectora de los derechos de los inmigrantes. Pero en la vida real, México tolera el maltrato de los inmigrantes indocumentados centro y sudamericanos tanto o más de lo que lo ha hecho Arizona hasta ahora.
Empecemos por las leyes. Un reciente artículo del Washington Times, titulado ``Las leyes de México contra los ilegales son mas severas que la de Arizona'', afirmaba que ``según la ley mexicana, la inmigración ilegal es un delito grave, penado hasta con dos años de cárcel. Los inmigrantes que son deportados e intentan volver a entrar al país pueden ser condenados a 10 años de cárcel''.

Durante su visita a Washington la semana pasada, el presidente mexicano Felipe Calderón le dijo a CNN que ``Eso solía ser cierto, pero ya no lo es''. Calderón señaló que la ley inmigratoria de México fue enmendada en el 2008, y que todos los duros castigos impuestos a los inmigrantes indocumentados fueron eliminados.
Según me explican funcionarios mexicanos, hay dos grandes diferencias entre la ley mexicana actual y la ley de Arizona:
Primero, ser un inmigrante indocumentado en México no es un delito grave, ni siquiera un delito menor, sino una falta administrativa. Esto significa que en México, a diferencia de lo que ocurre en Arizona, nadie puede ser encarcelado por violar las leyes inmigratorias.
Los que violan esas reglas tienen que pagar una multa, y sólo pueden ser deportados si son detenidos por funcionarios de inmigración.
En segundo lugar, la policía mexicana no puede preguntar sobre el estatus inmigratorio de una persona, aun cuando esa persona haya sido detenida por otras razones. La policía mexicana sólo debe notificar a las autoridades de inmigración cuando los inmigrantes declaran voluntariamente que, por ejemplo, están ilegalmente en el país en camino hacia Estados Unidos.
En comparación, la ley de Arizona exige que la policía pida los papeles inmigratorios a las personas que detiene por cualquier otra razón válida, incluidas infracciones de tráfico.
Los defensores de la ley de Arizonan afirman que ese estado es mucho más generoso con los indocumentados que México.
``En México, el gobierno no les da vales de alimentos, ni servicios educativos, ni servicios médicos de emergencia a quienes no tienen documentos de inmigración'', dice George W. Grayson, profesor de la Universidad William and Mary.
viernes, 7 de mayo de 2010
Escuchar el siglo
Abundan las historias ilustradas. Nuestro recuerdo está tapizado con imágenes. Vemos en la mente lo que recordamos. Los libros de historia suelen acompañarse de retratos de los gobernantes, mapas de las batallas, cromos del arte del pasado. Del siglo XX recordamos la huella en la luna, el bigote de Hitler, el hongo de la bomba y los martillazos que tiraron el Muro de Berlín. Pero parecemos sordos ante las imágenes fijas o en movimiento que habitan la memoria. No tenemos la cinta sonora de esos años. Alex Ross, crítico del New Yorker, ha publicado recientemente un libro extraordinario que llena ese vacío. Hace un año apareció en inglés y ahora lo vierte al español la editorial Seix Barral. El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música es un trabajo monumental. Casi ochocientas páginas repletas de sonido y cargadas de historia. Un libro que restituye el oído al siglo XX.
Ross escucha el siglo. Su libro no se encierra en partituras, grabaciones y estrenos. Escucha la música sin desconocer la atmósfera de la que surge; las gratificaciones y amenazas que la rodean; el caldo de ideas que la incitan. La música se comunica con el poder y con la filosofía, con la industria y con las causas políticas. El ruido eterno para oreja a todos esos ecos. En sus páginas desfilan los grandes creadores del siglo XX pero también sus mecenas y censores; el público y los críticos. Vale la precisión: el libro de Alex Ross no es una historia de la música del siglo xx que quede confinada en su arte, sino una historia del siglo xx a través de la creación musical. La música, en efecto, le cantó al siglo, lo celebró y también lo maldijo. Sus esperanzas y sus horrores se expresaron musicalmente. En el más político de los siglos, la música se sometió servilmente al poder, pero también se burló de él; se volvió mercancía y resurgió como ceremonia; alabó dictadores y rindió homenaje al hombre de la calle; reivindicó como arte al ruido y también al silencio.
Las sinfonías de Shostakovich, las óperas de John Adams, los cuartetos de Bela Bártok, el jazz de Duke Ellington, los oratorios de Arvo Pärt retratan el siglo XX. Puede entenderse mejor el totalitarismo soviético cuando se examina el enigma que hay detrás de las creaciones de Shostakovich. Las lealtades de Bártok ilustran la hondura de la raíz nacional. El vocabulario de la música trasciende la música. No integra, por supuesto, un lenguaje unívoco. Hay de desconfiar siempre de quien presume certidumbre sobre lo que la música dice. Toda pieza musical compleja tiene capas de sentido que sólo se revelan ante el oído atento y bien formado. Alex Ross ofrece claves para escuchar el siglo y entender los argumentos de la música, sus intuiciones y sus testimonios. La recuperación de las identidades, la alegoría moral; el anhelo de quietud y el apetito épico; la ruptura y las nostalgias. Colgados como aretes de la oreja de Alex Ross podemos apreciar, incluso, la ironía musical: subterfugio de la creatividad frente a la censura que dice lo contrario de lo que parece decir.
El crítico se concentra en eso que, con mucha imprecisión, llamamos “música clásica” pero no deja de asomarse a géneros vecinos: el jazz, el rock, la música electrónica. El libro invita literalmente a escuchar el siglo a través de una estupenda página de internet que sirve de compañía indispensable al texto. En therestisnoise.com/audio, pueden escucharse fragmentos de las piezas de las que se habla en el libro. Ahí puede encontrarse la mejor banda sonora del siglo XX.

Las sinfonías de Shostakovich, las óperas de John Adams, los cuartetos de Bela Bártok, el jazz de Duke Ellington, los oratorios de Arvo Pärt retratan el siglo XX. Puede entenderse mejor el totalitarismo soviético cuando se examina el enigma que hay detrás de las creaciones de Shostakovich. Las lealtades de Bártok ilustran la hondura de la raíz nacional. El vocabulario de la música trasciende la música. No integra, por supuesto, un lenguaje unívoco. Hay de desconfiar siempre de quien presume certidumbre sobre lo que la música dice. Toda pieza musical compleja tiene capas de sentido que sólo se revelan ante el oído atento y bien formado. Alex Ross ofrece claves para escuchar el siglo y entender los argumentos de la música, sus intuiciones y sus testimonios. La recuperación de las identidades, la alegoría moral; el anhelo de quietud y el apetito épico; la ruptura y las nostalgias. Colgados como aretes de la oreja de Alex Ross podemos apreciar, incluso, la ironía musical: subterfugio de la creatividad frente a la censura que dice lo contrario de lo que parece decir.
El crítico se concentra en eso que, con mucha imprecisión, llamamos “música clásica” pero no deja de asomarse a géneros vecinos: el jazz, el rock, la música electrónica. El libro invita literalmente a escuchar el siglo a través de una estupenda página de internet que sirve de compañía indispensable al texto. En therestisnoise.com/audio, pueden escucharse fragmentos de las piezas de las que se habla en el libro. Ahí puede encontrarse la mejor banda sonora del siglo XX.
martes, 27 de abril de 2010
Las riesgosas alianzas
Si atendemos el discurso electoral de la temporada parece que hemos regresado al país de hace veinte años. Hay un partido invencible y tramposo al que solamente puede derrotar una alianza de todos sus adversarios. El PRD y el PAN unidos para desbancar al PRI. No deja de ser curioso: uno de ellos ocupa la presidencia desde hace más de una década pero trasmite cotidianamente su nostalgia de la brega opositora. El otro estuvo a un pelo de ganar la presidencia pero hoy parece aterrado por la posibilidad de ser barrido en las elecciones. Y el PRI, sin haber dado un solo paso en su renovación, es hoy el partido más popular y el menos aborrecido.
Desde hace meses, el PAN y el PRD nos retrotraen a los años ochenta para advertirnos que no hay condiciones de competencia, que las instituciones están cargadas; que los medios no dan cuenta de lo que pasa en las campañas. El monstruo inderrotable está de vuelta. Seguramente nunca se fue, apenas se retiró de la escena nacional pero siguió muy vivo y quizás se volvió más astuto en los rincones de la política local. En algunos sitios aprendió a competir y logró recuperar el poder que se le había escapado. En otros estados puso al día sus ardides para no soltarlo. La descentralización política que el país ha vivido en los últimos años no le ha abierto caminos a la democracia local sino que ha fincado regionalmente la política del abuso. Las lealtades al centro han desaparecido sin que se hayan asentado con solidez mecanismos eficaces de vigilancia. El repliegue del presidencialismo abrió el camino de los autoritarismos subregionales que hoy mandan sin contrapesos. Por eso ha regresado una extraña política de alianzas. Los polos han dejado atrás la ideología para pactar alianzas electorales que parecían impensables hace unos cuantos meses. Después de la polarización extrema que vivió el país en el 2006, los enemigos se abrazan con la esperanza de darle un golpe a su enemigo común. Más que audacia, el impulso aliancista revela desesperación. La retórica transicional ha retornado: hay que pactar con cualquiera con tal de quitarle el poder al PRI que impide una competencia en condiciones democráticas. Pero una anticipación nacional ha sido definitiva para concretar los pactos improbables. En la derecha y en izquierda se presagian resultados desastrosos. Una pesadilla común los atormenta: en el preludio al 2012, el PRI desfila presumiendo orgullosamente triunfos en los estados. La amenaza para sus perspectivas presidenciales no es meramente el impacto psicológico que tales victorias pudieran generar en los electores. El peligro es que, esos triunfos permitan la implantación generalizada de la maquinaria electoral priista que pudiera pavimentar su retorno. Si no hacemos nada ahora, no podremos hacer nada después. Ése es el cálculo exasperado de panistas y perredistas: la elección presidencial empieza hoy, en las elecciones de gobernadores, alcaldes y congresos locales.
Las alianzas han recibido muchas críticas. Las más severas han sido, por supuesto, interesadas. Para los priistas, esta coalición de contrarios es antinatural y perversa; un golpe a la brújula que los electores necesitan para orientar su voto; un pacto oportunista en el que impera sólo la antipatía y que no podrá sobrevivir la jornada electoral. Sea como sea, la primera prueba, la crucial, será en el momento del voto. ¿Pueden convertirse estas alianzas en fórmulas exitosas? Ya lo veremos. Dentro de un par de meses se podrá hacer la primera evaluación del acuerdo. Por lo pronto, lo que es visible es el riesgo que corrieron los partidos nacionales que se ubican en los extremos del arco. Dentro del PAN ya provocó una pequeña crisis en el gobierno y en el PRD ha exhibido con claridad las hondas diferencias entre el movimiento lopezobradorista y la dirigencia del partido. Lo dicho: al impulsar alianzas con su contrario ideológico, los dirigentes corrieron un riesgo altísimo. Su liderazgo pende de esa apuesta. Las encuestas no demuestran aún que el cálculo haya sido juicioso. La alianza de dos no es duplicación de fuerzas. Bien se sabe que las coaliciones políticas no son operaciones aritméticas. En lo concreto, hay que recordar que la dinámica electoral en los estados sigue siendo, en lo fundamental, binaria y que el PRI (salvo en el Distrito Federal) ocupa un lugar estratégico: PRI contra izquierda o PRI contra derecha. De ahí que el agregado de la tercera fuerza sea, en la mayoría de los casos, una suma que apenas añade y que, en algunos aspectos, resta.
El fracaso de las alianzas puede ser devastador para las actuales dirigencias. En ambas organizaciones hay fuerzas que esperan un resultado adverso para destronar a quienes las impulsaron. Los opositores al PRI pueden enfrentar dentro de unos meses, el peor de los mundos: derrotas electorales y pleitos internos.
Desde hace meses, el PAN y el PRD nos retrotraen a los años ochenta para advertirnos que no hay condiciones de competencia, que las instituciones están cargadas; que los medios no dan cuenta de lo que pasa en las campañas. El monstruo inderrotable está de vuelta. Seguramente nunca se fue, apenas se retiró de la escena nacional pero siguió muy vivo y quizás se volvió más astuto en los rincones de la política local. En algunos sitios aprendió a competir y logró recuperar el poder que se le había escapado. En otros estados puso al día sus ardides para no soltarlo. La descentralización política que el país ha vivido en los últimos años no le ha abierto caminos a la democracia local sino que ha fincado regionalmente la política del abuso. Las lealtades al centro han desaparecido sin que se hayan asentado con solidez mecanismos eficaces de vigilancia. El repliegue del presidencialismo abrió el camino de los autoritarismos subregionales que hoy mandan sin contrapesos. Por eso ha regresado una extraña política de alianzas. Los polos han dejado atrás la ideología para pactar alianzas electorales que parecían impensables hace unos cuantos meses. Después de la polarización extrema que vivió el país en el 2006, los enemigos se abrazan con la esperanza de darle un golpe a su enemigo común. Más que audacia, el impulso aliancista revela desesperación. La retórica transicional ha retornado: hay que pactar con cualquiera con tal de quitarle el poder al PRI que impide una competencia en condiciones democráticas. Pero una anticipación nacional ha sido definitiva para concretar los pactos improbables. En la derecha y en izquierda se presagian resultados desastrosos. Una pesadilla común los atormenta: en el preludio al 2012, el PRI desfila presumiendo orgullosamente triunfos en los estados. La amenaza para sus perspectivas presidenciales no es meramente el impacto psicológico que tales victorias pudieran generar en los electores. El peligro es que, esos triunfos permitan la implantación generalizada de la maquinaria electoral priista que pudiera pavimentar su retorno. Si no hacemos nada ahora, no podremos hacer nada después. Ése es el cálculo exasperado de panistas y perredistas: la elección presidencial empieza hoy, en las elecciones de gobernadores, alcaldes y congresos locales.
Las alianzas han recibido muchas críticas. Las más severas han sido, por supuesto, interesadas. Para los priistas, esta coalición de contrarios es antinatural y perversa; un golpe a la brújula que los electores necesitan para orientar su voto; un pacto oportunista en el que impera sólo la antipatía y que no podrá sobrevivir la jornada electoral. Sea como sea, la primera prueba, la crucial, será en el momento del voto. ¿Pueden convertirse estas alianzas en fórmulas exitosas? Ya lo veremos. Dentro de un par de meses se podrá hacer la primera evaluación del acuerdo. Por lo pronto, lo que es visible es el riesgo que corrieron los partidos nacionales que se ubican en los extremos del arco. Dentro del PAN ya provocó una pequeña crisis en el gobierno y en el PRD ha exhibido con claridad las hondas diferencias entre el movimiento lopezobradorista y la dirigencia del partido. Lo dicho: al impulsar alianzas con su contrario ideológico, los dirigentes corrieron un riesgo altísimo. Su liderazgo pende de esa apuesta. Las encuestas no demuestran aún que el cálculo haya sido juicioso. La alianza de dos no es duplicación de fuerzas. Bien se sabe que las coaliciones políticas no son operaciones aritméticas. En lo concreto, hay que recordar que la dinámica electoral en los estados sigue siendo, en lo fundamental, binaria y que el PRI (salvo en el Distrito Federal) ocupa un lugar estratégico: PRI contra izquierda o PRI contra derecha. De ahí que el agregado de la tercera fuerza sea, en la mayoría de los casos, una suma que apenas añade y que, en algunos aspectos, resta.
El fracaso de las alianzas puede ser devastador para las actuales dirigencias. En ambas organizaciones hay fuerzas que esperan un resultado adverso para destronar a quienes las impulsaron. Los opositores al PRI pueden enfrentar dentro de unos meses, el peor de los mundos: derrotas electorales y pleitos internos.
martes, 30 de marzo de 2010
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