
El teólogo Hans Küng publica en distintos diarios del mundo una extraordinaria
carta abierta a los obispos. Detalla puntualmente las muchas oportunidades perdidas de Benedicto XVI en su lustro como pontífice. En relación al punto que recogía en la nota previa, Küng dice: "No puede silenciarse que el sistema de ocultamiento puesto en vigor en todo el mundo ante los delitos sexuales de los clérigos fue dirigido por la Congregación para la Fe romana del cardenal Ratzinger (1981-2005), en la que ya bajo Juan Pablo II se recopilaron los casos bajo el más estricto secreto. Todavía el 18 de mayo de 2001, Ratzinger enviaba un escrito solemne sobre los delitos más graves (
Epistula de delitos gravioribus) a todos los obispos. En ella, los casos de abusos se situaban bajo el
secretum pontificium, cuya vulneración puede atraer severas penas canónicas. Con razón, pues, son muchos los que exigen al entonces prefecto y ahora Papa un
mea culpa personal." Al final de su mensaje hace una serie de propuestas a los obispos. La primera:
No callar: en vista de tantas y tan graves irregularidades, el silencio os hace cómplices. Allí donde consideréis que determinadas leyes, disposiciones y medidas son contraproducentes, deberíais, por el contrario, expresarlo con la mayor franqueza. ¡No enviéis a Roma declaraciones de sumisión, sino demandas de reforma!
0 comentarios:
Publicar un comentario