Uno de los argumentos más frecuentes de los defensores de la ley antiinmigrantes de Arizona es que ese estado no está haciendo algo muy distinto de lo que México hace con los indocumentados centroamericanos, ni de lo que hacen los países latinoamericanos con sus propios inmigrantes ilegales. Es un argumento muy poderoso, y no del todo disparatado.
Desde un punto de vista estrictamente legal, es una afirmación engañosa, porque la nueva ley de Arizona podría promover la discriminación racial, mientras que la ley mexicana es mucho más protectora de los derechos de los inmigrantes. Pero en la vida real, México tolera el maltrato de los inmigrantes indocumentados centro y sudamericanos tanto o más de lo que lo ha hecho Arizona hasta ahora.
Empecemos por las leyes. Un reciente artículo del Washington Times, titulado ``Las leyes de México contra los ilegales son mas severas que la de Arizona'', afirmaba que ``según la ley mexicana, la inmigración ilegal es un delito grave, penado hasta con dos años de cárcel. Los inmigrantes que son deportados e intentan volver a entrar al país pueden ser condenados a 10 años de cárcel''.
El artículo citaba al congresista republicano de Texas, Ted Poe, afirmando que las críticas del gobierno de México a la ley de Arizona son ``hipócritas'', porque las leyes inmigratorias de México son ``aun más severas que las de Estados Unidos''.
Durante su visita a Washington la semana pasada, el presidente mexicano Felipe Calderón le dijo a CNN que ``Eso solía ser cierto, pero ya no lo es''. Calderón señaló que la ley inmigratoria de México fue enmendada en el 2008, y que todos los duros castigos impuestos a los inmigrantes indocumentados fueron eliminados.
Según me explican funcionarios mexicanos, hay dos grandes diferencias entre la ley mexicana actual y la ley de Arizona:
Primero, ser un inmigrante indocumentado en México no es un delito grave, ni siquiera un delito menor, sino una falta administrativa. Esto significa que en México, a diferencia de lo que ocurre en Arizona, nadie puede ser encarcelado por violar las leyes inmigratorias.
Los que violan esas reglas tienen que pagar una multa, y sólo pueden ser deportados si son detenidos por funcionarios de inmigración.
En segundo lugar, la policía mexicana no puede preguntar sobre el estatus inmigratorio de una persona, aun cuando esa persona haya sido detenida por otras razones. La policía mexicana sólo debe notificar a las autoridades de inmigración cuando los inmigrantes declaran voluntariamente que, por ejemplo, están ilegalmente en el país en camino hacia Estados Unidos.
En comparación, la ley de Arizona exige que la policía pida los papeles inmigratorios a las personas que detiene por cualquier otra razón válida, incluidas infracciones de tráfico.
Los defensores de la ley de Arizonan afirman que ese estado es mucho más generoso con los indocumentados que México.
``En México, el gobierno no les da vales de alimentos, ni servicios educativos, ni servicios médicos de emergencia a quienes no tienen documentos de inmigración'', dice George W. Grayson, profesor de la Universidad William and Mary.
Desde un punto de vista estrictamente legal, es una afirmación engañosa, porque la nueva ley de Arizona podría promover la discriminación racial, mientras que la ley mexicana es mucho más protectora de los derechos de los inmigrantes. Pero en la vida real, México tolera el maltrato de los inmigrantes indocumentados centro y sudamericanos tanto o más de lo que lo ha hecho Arizona hasta ahora.
Empecemos por las leyes. Un reciente artículo del Washington Times, titulado ``Las leyes de México contra los ilegales son mas severas que la de Arizona'', afirmaba que ``según la ley mexicana, la inmigración ilegal es un delito grave, penado hasta con dos años de cárcel. Los inmigrantes que son deportados e intentan volver a entrar al país pueden ser condenados a 10 años de cárcel''.

Durante su visita a Washington la semana pasada, el presidente mexicano Felipe Calderón le dijo a CNN que ``Eso solía ser cierto, pero ya no lo es''. Calderón señaló que la ley inmigratoria de México fue enmendada en el 2008, y que todos los duros castigos impuestos a los inmigrantes indocumentados fueron eliminados.
Según me explican funcionarios mexicanos, hay dos grandes diferencias entre la ley mexicana actual y la ley de Arizona:
Primero, ser un inmigrante indocumentado en México no es un delito grave, ni siquiera un delito menor, sino una falta administrativa. Esto significa que en México, a diferencia de lo que ocurre en Arizona, nadie puede ser encarcelado por violar las leyes inmigratorias.
Los que violan esas reglas tienen que pagar una multa, y sólo pueden ser deportados si son detenidos por funcionarios de inmigración.
En segundo lugar, la policía mexicana no puede preguntar sobre el estatus inmigratorio de una persona, aun cuando esa persona haya sido detenida por otras razones. La policía mexicana sólo debe notificar a las autoridades de inmigración cuando los inmigrantes declaran voluntariamente que, por ejemplo, están ilegalmente en el país en camino hacia Estados Unidos.
En comparación, la ley de Arizona exige que la policía pida los papeles inmigratorios a las personas que detiene por cualquier otra razón válida, incluidas infracciones de tráfico.
Los defensores de la ley de Arizonan afirman que ese estado es mucho más generoso con los indocumentados que México.
``En México, el gobierno no les da vales de alimentos, ni servicios educativos, ni servicios médicos de emergencia a quienes no tienen documentos de inmigración'', dice George W. Grayson, profesor de la Universidad William and Mary.